La última vez que su familia vio al “pequeño Adnane”, de 11 años, fue el lunes 7 de septiembre cuando desapareció luego de salir a hacer un recado. Tres días después, la Policía encontró su cuerpo sin vida enterrado bajo un árbol cerca de su casa, en un barrio de Tánger, Marruecos.
El hallazgo conmocionó al país, donde varias voces reclaman la pena de muerte para el “monstruo” que agredió sexualmente al niño y posteriormente lo asesinó. Su familia había alertado a las autoridades y su retrato fue ampliamente difundido en las redes sociales.
Los usuarios de internet han transmitido imágenes de mala calidad, tomadas desde una cámara de vigilancia, donde se lo ve caminando junto a un extraño.
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El sospechoso, un obrero de 24 años que trabaja en la inmensa zona industrial de la ciudad portuaria de Tánger, fue identificado y detenido por “homicidio voluntario de un menor con atentado al pudor”, anunció la DGSN, la Policía marroquí.
Según la investigación preliminar, “el acusado llevó a la víctima a un apartamento que alquila en el mismo barrio, lo agredió sexualmente y cometió homicidio voluntario”, antes de enterrarlo.
Este lunes 14 de septiembre, fue presentado ante el fiscal en Tánger, junto con sus tres compañeros de cuarto, acusados de “no denunciar un crimen”, según AFP.
Pena máxima
El caso provocó la ira de miles de pobladores en Tanger, quienes se movilizaron en las calles y exigieron al Gobierno la pena máxima para el asesino.
“Nosotros, ciudadanos marroquíes, madres y padres, pedimos la pena máxima, es decir, la pena de muerte para este criminal”, fue el pedido de los usuarios en las redes sociales.
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Cabe resaltar que la pena capital todavía está en vigor en el reino marroquí, pero no se aplica desde 1993.