Al menos 64 personas han muerto en la última semana en el Yemen a causa de las intensas lluvias caídas desde el 2 de agosto y que han provocado inundaciones y deslizamientos de tierra, informaron hoy las autoridades sanitarias de varias zonas del país.
El mayor número de víctimas mortales se produjo en la provincia de Raymah, a unos 200 kilómetros al suroeste de la capital, Saná, con veintiocho fallecimientos por el temporal, que ha empeorado la situación en un país ya castigado por la guerra, de acuerdo con el Ministerio de Salud afiliado al movimiento rebelde de los hutíes.
Otras veintiuna personas, entre ellas diecisiete niños, perecieron en Marib, una provincia rica en petróleo ubicada a unos 190 kilómetros al noreste de Saná, indicaron por su parte las autoridades sanitarias locales afiliadas al Gobierno reconocido internacionalmente.
Además, 1.600 familias se vieron obligadas a desplazarse de sus hogares por las fuertes precipitaciones en Marib.
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Otras seis personas murieron al anegarse sus casas en la capital, cinco más en la provincia de Ibb y cuatro en las regiones occidentales de Al Hudeida y Hayah, según las autoridades de Salud de las regiones controladas por los rebeldes.
Las inundaciones también provocaron daños en presas, carreteras y granjas a lo largo y ancho del país y en la Ciudad Vieja de Saná, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Cuatro edificios históricos se han derrumbado y otros 111 han resultado dañados en los últimos siete días, aunque sin provocar víctimas, informó el organismo internacional.
La Ciudad Vieja ha estado habitada durante más de 2.500 años y se caracteriza sobre todo por sus 6.000 altos edificios construidos con arcilla y decorados con yeso, que ya se han visto afectados por los cinco años de conflicto armado.
Desde finales de 2014, los rebeldes hutíes chiíes disputan el poder al Gobierno del presidente Abdo Rabu Mansur Hadi.
Con la intervención militar de una coalición de países suníes liderada por Arabia Saudí en 2015, el conflicto se tornó más violento y complejo. EFE