La fiesta de la cerveza más importante de China comenzó el fin de semana en Qingdao (este), donde los visitantes levantaron sus jarras, riendo y sin mascarilla en el primer país que fue golpeado por la covid-19.
El gigante asiático ha contenido ampliamente la epidemia en su territorio, gracias al uso de mascarillas, el confinamiento y al rastreo de contactos. Desde mediados de mayo no se lamenta oficialmente ningún muerto.
Una situación que los asistentes a esta fiesta internacional de la cerveza de Qingdao consideran tranquilizadora. La edición de 2020, que comenzó el viernes y terminará a finales de agosto, propone unas 1.500 variedades diferentes de este alcohol.
Muchos de los visitantes no llevan mascarillas en el inmenso lugar al aire libre, donde se pasean y brindan felizmente sentados ante largas mesas.
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Ciudad portuaria y cervecera, Qingdao es conocida en el mundo entero gracias a su célebre cerveza "Tsingtao". La fábrica fue creada allí bajo la dominación colonial alemana (1898-1914).
Para la televisión pública CCTV, la celebración de la fiesta es una ocasión para la gente de recuperar "una vida normal".
"Ha pasado medio año desde la última vez que viajé", declaró Wang Hua, un turista procedente de la provincia de Shanxi (norte). "Me siento feliz y relajado ahora mismo", explica.
Sin embargo se implementaron medidas sanitarias, como el número de visitantes que fue limitado al 30% de la capacidad habitual. El personal debe llevar mascarilla y a los asistentes se les toma la temperatura.
Incluso los contenedores de cerveza importada fueron sometidos a tests para detectar el nuevo coronavirus y fueron desinfectados. Esta medida responde a un resurgimiento en China de brotes del virus relacionados con productos alimentarios importados.