Un día de pesca cerca de las costas de Tasmania (Australia), se convirtió en una pesadilla para un niño de 10 años. El menor estaba este viernes en una embarcación de 6 metros con su padre y dos otros hombres, cuando un tiburón saltó del agua, lo "agarró del bote" y se lo llevó.
El padre, que saltó al agua inmediatamente, logró asustar al escualo y salvar al menor. El niño, que sufrió heridas en el brazo, el pecho y la cabeza, fue trasladado a un hospital y actualmente se encuentra estable.
Unas horas antes del incidente la Policía local advirtió de la presencia de un gran tiburón en la zona y pidió tomar las precauciones necesarias en caso de nadar o pescar.
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El buzo Ben Allen, un residente local que habló con los testigos, comentó a ABC Radio Hobart que podría tratarse de un tiburón blanco, pero aún no ha sido confirmado. Según Allen, la familia estaba limpiando el bote cuando ocurrió el ataque. "De repente, el tiburón saltó del agua y lo agarró y lo arrastró", dijo Allen, agregando que la reacción instintiva del padre salvó al niño.
Otro ataque de tiburón
El pasado viernes, los hermanos Lee y Adam Ferguson se dirigieron a la isla de Carnac (Australia) para pescar como ya habían hecho otras tantas veces durante las últimas semanas. Lo hacían sobre el bote desde el que suelen tirar el anzuelo en busca de todo tipo de peces sin saber que aquel día tendrían que hacer frente a uno de los depredadores marítimos más peligrosos.
Mientras estaban pescando, uno de los hermanos avistó un enorme pez que se situaba detrás de la embarcación. Tras acercarse al mismo, los pescadores descubrieron que no se trataba de un pez cualquiera, sino de gran tiburón blanco de unos cuatro metros de longitud que comenzó a embestir la embarcación de los pescadores. Lejos de preocuparse por el ataque, uno de los hermanos decidió sacar la cámara y meterla en el agua para grabar de cerca al animal mientras este embestía.
En cuestión de segundos, la cámara comenzó a grabar al gran tiburón blanco intentando destrozar el motor de la embarcación. Por esa misma razón, y en cuento Ferguson sacó la cámara del agua, ambos hicieron todo lo posible para ahuyentar al animal.
Cuando volvieron a la costa, los hermanos descubrieron que el tiburón había arrancado varias piezas del motor e incluso trozos de la escalera. Por suerte, no hubo que lamentar ningún herido.