Los supermercados australianos restringieron de nuevo la venta de papel higiénico tras la nueva fiebre consumista desatada por el aumento de casos de coronavirus en la ciudad australiana de Melbourne.
"Paren, es ridículo", espetó a sus compatriotas el primer ministro Scott Morrison, al afirmar que los nuevos contagios en la segunda ciudad del país no amenazan los buenos resultados registrados por el país en la lucha contra el coronavirus.
Las autoridades han reportado 30 nuevos casos de COVID-19 en las últimas 24 horas en Melbourne. Se trata del décimo día consecutivo en que se registran más de 10 nuevos infectados diariamente en el Estado de Victoria. Los otros Estados australianos no han registrado ninguno o menos de diez casos diarios desde hace varias semanas.
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Las autoridades de Victoria llevan a cabo una importante campaña de diagnóstico en una decena de barrios de Melbourne con ayuda del ejército, que ha desplegado a más de 200 militares en la zona.
En comparación con otras partes del mundo, el número de casos en Australia es pequeño, pero este aumento hace temer una segunda ola epidémica ahora que la mayoría de los Estados están desmantelando las restricciones.
Woolworths y Coles, las dos principales cadenas de supermercados australianas, anunciaron el viernes la imposición en todo el país de cuotas para la venta de papel higiénico y de cocina para hacer frente a un frenesí de compras que no se había visto desde la aparición de la epidemia en marzo.