Kalúa nació hace seis años y desde entonces, estuvo bajo los cuidados de un hombre que se dedicaba al ocultismo en Mirzapur, en el estado indio de Uttar Pradesh, India. En lugar de tener un mejor estilo de vida, el primate consumía carne y bebía alcohol al punto de volverse adicto.
Tras la muerte de este sujeto, Kalúa dejó de recibir bebidas embriagantes, por lo que se volvió agresivo. Sin hogar, el mono empezó a vagar por las calles de Mirzapur, atacando a todo aquel que se encuentre en su camino. Sus víctimas preferidas eran los niños. De los 30 menores que mordió, a uno le causó la muerte.
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De acuerdo a RT, las autoridades señalan que Kalúa llegó a atacar a unas 250 personas, además que decenas de menores debieron ser sometidos a cirugías tras ser mordidos y golpeados por este animal. Solo una niña no logró sobrevivir al ataque del primate.
El zoológico local de Uttar Pradesh logró atrapar a Kalúa y durante 3 años trató de cambiar sus hábitos alimenticios, así como su comportamiento.
“Lo mantuvimos aislado durante algunos meses y luego lo cambiamos a una jaula separada. No ha habido ningún cambio en su comportamiento y sigue siendo tan agresivo como al principio”, afirmó Mohd Nasir, veterinario del zoológico, citado por la agencia IANS de la India.
Después de este tratamiento fallido, los veterinarios determinaron que lo mejor era ponerlo en una jaula durante el resto de su vida, alejado de otros animales, en una especie de cadena perpetua debido a su agresividad. “Permanecerá en cautiverio toda su vida”, añadió el doctor.
