La India superó este martes los 100.000 casos y los 3.000 muertos por coronavirus, convirtiéndose en el undécimo país del mundo en superar esa cifra de contagios, mientras sus 1.300 millones de habitantes continúan en una cuarentena progresivamente suavizada hasta el 31 de mayo.
El número de contagios por coronavirus ascendió a 101.139 casos, y el de muertes a 3.163, según los últimos datos aportados por el Ministerio de Salud indio.
El estado occidental de Maharashtra, que tiene por capital a la ciudad de Bombay, cuenta con el mayor número de casos del país (cerca del 34 %). Nueva Delhi, por su parte, concentra casi un 10 % de todos los casos nacionales.
El Ministerio de Salud indicó hoy en un comunicado que el país cuenta actualmente con 58.802 casos activos, de los que un 2,9 % de los pacientes se encuentran en cuidados intensivos.
Este país ha ido incrementando su capacidad de realizar pruebas de coronavirus y ayer alcanzó un "número récord de 108.233 muestras", según Salud, aunque sigue siendo uno de los que menos test realizan en relación con la dimensión de su población, con casi 2,5 millones de pruebas hasta ahora.
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En los últimos días, las autoridades indias han reportado un aumento de unos 5.000 casos diarios, mientras han ido levantando restricciones para relajar uno de los confinamientos más estrictos del planeta y desbloquear la actividad económica.
Entre hoy y ayer comenzaron a verse autobuses y los icónicos triciclos a motor en Nueva Delhi y otras grandes ciudades de la India, después de que el Ministerio del Interior publicase las nuevas reglas del confinamiento el domingo, extendido por cuarta vez consecutiva hasta finales de este mes.
Las nuevas reglas permiten la apertura de tiendas más allá de las de alimentación básica, aunque los grandes centros comerciales siguen cerrados, así como un retorno a las oficinas aún mayor.
El país bloqueó el transporte de personas aéreo y cerró sus carreteras al tráfico, además de suprimir los trenes, al inaugurar el 25 de marzo la estricta cuarentena, dejando a millones de trabajadores migrantes procedentes del mundo rural atrapados en las grandes urbes.
Aunque algunos de estos jornaleros intentaron alcanzar sus hogares con dramáticas marchas a pie, la mayoría han permanecido en las urbes.
Solo recientemente han podido iniciar el regreso gracias a la puesta en servicio de algunos trenes especiales, y la repatriación de estos migrantes interiores es uno de los mayores desafíos en manos del Ejecutivo indio.
Pero, como reconoció el Ministerio del Interior hoy en un comunicado enviado a los estados indios, el número de trenes no es suficiente y esto contribuye al "sufrimiento" de los migrantes.
"La comunicación subraya una serie de medidas (…), como la puesta en marcha de más trenes gracias a la coordinación proactiva entre los estados y el Ministerio de Ferrocarriles", de acuerdo con una nota de prensa de Interior. EFE
