El papa Francisco realizó este Viernes Santo la ceremonia del viacrucis en el Vaticano y, por primera vez, no contó con la presencia de fieles debido a la pandemia del nuevo coronavirus (COVID-19).
El viacrucis tradicionalmente se lleva a cabo en el Coliseo de Roma (capital italiana), pero en esta ocasión se realizó en la plaza de San Pedro, en el Vaticano.
Una docena de personas caminaban con una gran cruz y cirios en sus manos para simbolizar la recreación de la Pasión de Jesús. La medida se implementó para evitar aglomeraciones que generen riesgos de contagios.
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Al término de la ceremonia, dedicada este año a la memoria de las personas que guardan prisión, el pontífice impartió la bendición apostólica. Esta tradición tiene sus raíces en el siglo XVIII y evoca la pasión de Jesús en su recorrido al calvario.
Horas antes de iniciar el evento, el papa Francisco aseguró a un medio local que está cerca "del pueblo de Dios, de los más sufrientes, especialmente de las víctimas de esta pandemia, del dolor del mundo".
Todas las celebraciones litúrgicas de la Semana Santa se han realizado sin la presencia física de creyentes por “la emergencia de la salud pública actual global”, anunciaron previamente desde el Vaticano.