Seke Banza, en el oeste de la República Democrática del Congo (RDC), es escenario de una carrera contrarreloj contra el sarampión, que provocó la muerte de más de 6.000 personas en un año, con un grado de letalidad superior al ébola.
En Seke Banza, a varias horas en moto desde la ciudad de Matadi, el sarampión ha matado a seis personas desde el comienzo del año, donde se registraron 1.254 casos, la mitad de los cuales en menores de cinco años y el 10%, en mayores de 15.
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La última víctima es un niño que murió durante la semana en el hospital general de la región.
Antes de ser hospitalizado, el niño acudió a médicos tradicionales, quienes le dieron una serie de tratamientos que podrían ser perjudiciales para el hígado.
En una habitación vecina hay media docena de casos menos graves, algunos tienen granos en la cara o pústulas rojas en el cuerpo.
Méderic Monier, de Médicos Sin Fronteras (MSF), explica que hay pacientes que "están en la fase aguda del sarampión, con signos respiratorios, conjuntivitis, fiebres. Unos meses más tarde, debido a que su sistema inmunológico es defectuoso, pueden desencadenar otras enfermedades".
Adolphe Kiakupuati, cazador, como la mayoría de los hombres en la región, vino con sus tres hijos. El acceso a la información es un problema importante en esta área sin litoral en el medio del bosque, lamenta.
"Durante el período de vacunación de los niños [en noviembre] estaba ocupado en el bosque y no estaba al tanto. Pero ahora están en tratamiento", dijo.
Esta semana, empezó una segunda etapa de vacunación, organizada por MSF en la región, entre campos, bosques y ríos.
Las vacunas se cargan en una motocicleta en las aldeas de las inmediaciones de Temba, a unas seis horas de carretera desde el centro de Seke Banza, por caminos de tierra.
Las vacunaciones tienen lugar en una parroquia
"Verán, ni siquiera fui a trabajar al campo. Vine a vacunar a mis hijos", afirma sonriendo Elodine Nsasi, madre de tres hijos.
La logística es el otro gran reto en esta área, donde las infraestructuras son escasas.
"El gran desafío es lograr suministrar las vacunas a todas estas aldeas, respetando la calidad y la cadena de frío. Todas las vacunas deben ser mantenidas a una temperatura de entre dos y siete grados", explica Jean Pletinckx, responsable de logística de MSF.
"La República Democrática del Congo ha registrado la peor epidemia de sarampión en su historia, con más de 335.413 casos sospechosos y 6.362 muertes desde el 1 de enero de 2019 hasta el 20 de febrero de 2020", según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La organización, no obstante, añadió que "hay una tendencia decreciente en el número de casos de sarampión reportados".
El sarampión ha provocado más fallecimientos que la epidemia de ébola declarada el 1 de agosto de 2018 en el este del país (2.264 muertes). "Si todo va bien, podremos declarar el fin de la epidemia el 12 de abril", dijo Jean-Jacques Muyembe, uno de los responsables de la campaña.
No ha habido más casos confirmados de Ébola en la República Democrática del Congo desde que el último paciente fuera dado de alta en un centro de tratamiento de Beni, el martes.
Tampoco se registraron nuevos casos en los últimos 14 días y la epidemia habrá terminado oficialmente "en cuanto se hayan alcanzado 42 días sin nuevos casos registrados", dijo un portavoz de la OMS en Kinshasa.