La OMS advierte que brote de ébola no se da por acabado y puede resurgir

republica democratica del congo

Nairobi, 6 mar (EFE).- La Organización Mundial de la Salud (OMS) recordó este viernes de que, aunque la última paciente de ébola en la República Democrática del Congo (RDC) recibió el alta a principios de semana, el brote no se da por acabado y el riesgo de que aparezcan nuevos casos es "muy real".

"El trabajo sigue en macha. El brote no ha llegado a su fin. La OMS recomienda esperar dos periodos completos de incubación (42 días) desde que el último paciente dé negativo por segunda vez antes de declarar el fin del brote", declaró el subdirector general de Respuesta a Emergencias de este organismo, Ibrahima Socé Fall.

 

La OMS pidió continuar en alerta durante este tiempo y permanecer preparados para "la emergencia de nuevos casos", lo cual "es un riego muy real", según un comunicado oficial.

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Este martes, Masiko, la última paciente con ébola en un centro de tratamiento del noreste de RDC, situado en la ciudad de Beni, fue dada de alta, y ya pasaban 16 días sin que el Gobierno de ese país detectase ningún nuevo caso.

Desde que se declaró el brote, que fue calificado en julio del año pasado como emergencia internacional por la OMS, ha habido 3.444 casos confirmados y 2.264 muertes, es decir, una tasa de letalidad del 55,8 %.

Es la segunda epidemia más grande y letal de la historia después de la que afectó a África occidental de 2014 a 2016, que dejó más de 11.000 fallecidos, y la mayor a la que ha hecho frente el Congo, donde la enfermedad es endémica.

Un riesgo real 

La OMS recordó que el riesgo de que aparezcan nuevos casos es real por el complejo entorno de seguridad de la zona, donde operan más de un centenar de grupos armados y existen "sectores rojos" fuera del control del Gobierno.

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Además, el virus puede permanecer en el material médico y en los fluidos de los contagiados durante semanas, lo que puede causar un resurgimiento.

El brote comenzó el 1 de agosto de 2018 en las provincias de Kivu del Norte e Ituri, donde el control de la epidemia se ha visto obstaculizado por el rechazo de algunas comunidades a recibir tratamiento y la inseguridad en la zona.

Se extendió a grandes ciudades, como Beni, Goma o Butembo, y también se detectaron casos -que fueron rápidamente controlados- en la vecina provincia de Kivu del Sur, y en Uganda.