Seúl, 29 nov (EFE).- Dos cantantes surcoreanos, Jung Joon-young y Choi Jong-hoon, fueron condenados hoy a seis y cinco años de prisión, respectivamente, por violaciones en grupo cometidas en dos fiestas en 2016 y, en el caso del primero, también por grabar a mujeres con las que mantuvo relaciones y distribuirlas.
Un tribunal del Distrito Central de Seúl consideró que ambos participaron en violaciones en grupo a mujeres que se encontraban en estado inconsciente o semiinconsciente en dos fiestas celebradas en 2016 en Hongcheon, provincia de Gangwon (noreste del país) y en la ciudad de Daegu, unos 230 kilómetros al sureste de Seúl.
Las otras tres personas que participaron en las violaciones recibieron penas de cuatro años, cinco años y ocho meses de prisión, en función de su participación, informó la agencia Yonhap.
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Jung, que se hizo famoso en un programa musical televisivo, recibió un año más de prisión que Choi, exmiembro de la banda de K-Pop FT Island, por tomar imágenes sin consentimiento de 10 mujeres con las que mantuvo relaciones y que compartió luego en un grupo de mensajería instantánea.
En este grupo, en el que se hablaba en tono jocoso de drogar y violar mujeres, se encontraban otros artistas de la industria del entretenimiento surcoreana.
El contenido de este chat fue descubierto en el marco de la investigación en torno a Seungri, antiguo miembro de la conocida banda masculina BigBang y acusado de pagar servicios de prostitución, actividad ilegal en Corea del Sur, a potenciales inversores de uno de sus locales de ocio nocturno.
Escandálos en la industria musical surcoreana
Las condenas a Jung y Choi se conocen apenas unos días después de que se encontrara el cuerpo sin vida de la cantante de K-Pop Goo Ha-ra, que había intentado suicidarse con anterioridad.
Antes de fallecer, su expareja, el peluquero Choi Jong-bum, amenazó con difundir vídeos íntimos en los que aparecía ella.
A esta muerte se suma también el reciente suicidio de la cantante Sulli, que sufrió una campaña de ciberacoso por posar sin sujetador, en otro caso que viene subrayar el machismo y la misoginia que imperan en la industria musical surcoreana.