Un tribunal francés condenó este lunes a 25 y 30 años de cárcel a las principales acusadas de una célula yihadista de mujeres por haber intentado detonar un coche bomba en las afueras de la catedral de Notre Dame en París en 2016.
Este caso es el primero de un grupo de mujeres acusadas de intentar atentar contra Francia, un país que ha sido sacudido por una serie de ataques yihadistas que se han cobrado 255 vidas desde 2015.
Dos de entre ellas, Inès Madani y Ornella Gilligmann, intentaron prender fuego, sin éxito, a un coche lleno de bombonas de gas, en la noche del 3 al 4 de septiembre de 2016, en una zona llena de restaurantes a pocos metros de la capital parisina.
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Madani, de 30 años, y Gilligmann, de 25, habían rociado el coche con gasóleo y habían intentado encenderlo con un cigarrillo, pero fracasaron debido a que el gaseóleo es mucho menos inflamable que la gasolina.
Madani fue detenida unos días más tarde en un suburbio de París con dos presuntas cómplices, Sarah Hervouet y Amel Sakaou, después de que las tres intentaran huir del apartamento donde se habían estado escondiendo, blandiendo cuchillos de cocina.
Enfrentamiento con la policía
En un enfrentamiento con la policía, Hervouet apuñaló a un oficial en el hombro, mientras que Madani recibió un disparo en la pierna. Gilligmann fue arrestada en el sur de Francia.
Sarah Hervouet y Amel Sakou fueron condenadas por su parte a 20 años de cárcel.
Una quinta mujer, Samia Chalel, acusada de ayudar a Madani a encontrar un escondite en París, fue condenada a cinco años de prisión. La mujer se enfrentaba a 30 años de reclusión.
Los fiscales habían pedido 25 y 30 años para Gilligmann y Madani respectivamente, 20 para Hervouet y Sakaou y 10 años para Chalel. Sakaou no asistió al juicio.