Manila, 4 oct (EFE).- Filipinas sacrificó unos 3.000 cerdos para contener el brote de peste porcina africana, lo que eleva a más de 20.000 los animales muertos en el país asiático desde que se declaró la epidemia a principios de septiembre.
La infección fue detectada en Quezon, en el norte del área metropolitana de Manila, y obligó a sacrificar a todos los cerdos en un radio de un kilómetro de acuerdo con los protocolos de cuarentena, dijo hoy la jefa de la oficina de Veterinaria de la ciudad, Ana Maria Cabel.
"Todavía quedan unos 5.000 cerdos pendientes de sacrificio en el área", añadió Cabel en declaraciones a la prensa.
El departamento de Agricultura amenazó el martes con acciones legales contra los ganaderos que ignoren las estrictas normas de cuarentena animal, al confirmarse esta semana los casos de peste porcina africana en Quezon y otro en la provincia de Pangasinan.
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El secretario de Agricultura, William Dar, acusó a los ganaderos de propagar la enfermedad al comerciar con cerdos infectados a pesar de las alertas de las autoridades.
Carne de cerdo vetada
Filipinas, décimo consumidor mundial de carne de cerdo y el séptimo mayor importador, contaba con unos 12,7 millones de cerdos en julio, antes de que se declarara el primer brote de la enfermedad el 9 de septiembre.
Granjas del centro y sur de Filipinas han vetado la entrada de carne de cerdo y productos derivados de las áreas infectadas, todas ellas en el norte del país, incluido Manila, para evitar la propagación de la epidemia.
Desde la aparición en 2018 de los primeros focos en China, la epidemia se ha propagado por todo el gigante asiático y ha saltado a países como Mongolia, Camboya y Vietnam. EFE