Kampala, 29 ago (EFE).- El Ministerio de Sanidad de Uganda confirmó hoy un nuevo caso de ébola que afecta a una niña de 9 años procedente de la República Democrática del Congo (RDC), donde se declaró una epidemia de esa enfermedad el 1 de agosto de 2018.
"El caso confirmado es una niña de 9 años de origen congoleño que viajó desde la República Democrática del Congo con su madre ayer, 28 de agosto de 2019", afirmó en un comunicado la secretaria de Estado de Sanidad ugandesa, Joyce Moriku.
El caso se detectó en el distrito de Kasese (oeste del país), a unos 60 kilómetros de la RDC, donde la menor y su madre, que buscaban en esa zona atención médica en la ciudad de Bwera, ingresaron por un puesto de control fronterizo.
"Dado que la niña fue identificada en el punto de entrada, no hay contactos (de la enferma con otras personas) en Uganda", subrayó Moriko.
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La pequeña ha sido "aislada y transferida a la unidad de tratamiento del ébola en el hospital de Bwera, donde se le está tratando actualmente", precisó la secretaria de Estado.
Un niño de 5 años y su abuela, integrantes de una familia congoleña-ugandesa que cruzó de la RDC a Uganda por el mismo distrito tras esquivar los controles sanitarios fronterizos, murieron en junio pasado tras contraer el ébola en suelo congolés.
De esa misma familia, otro niño congoleño de 3 años contagiado y varios parientes sospechosos de padecer la enfermedad fueron repatriados a RDC el pasado junio.
Desde que se declaró el brote hace más de un año en las provincias de Kivu del Norte e Ituri, en el noreste de la República Democrática del Congo, 1.998 personas han muerto en 2.997 casos, según los últimos datos oficiales divulgados hasta este martes.
El brote más letal de El Congo
Este brote -el más letal de la historia de RDC y el segundo del mundo por muertes y casos, tras la epidemia en África Occidental de 2014- fue declarada como emergencia internacional por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el pasado 17 de julio, días después de confirmarse un primer caso de ébola en la gran urbe congoleña de Goma, con más de un millón de habitantes y ubicada a escasos kilómetros de la vecina Ruanda.
Sin embargo, el control de la epidemia se ha visto socavado por el rechazo de algunas comunidades a recibir tratamiento y la inseguridad en la zona, donde operan grupos armados y milicias rebeldes que han atacado centros de atención a pacientes de ébola.
El brote de ébola más devastador a nivel mundial fue declarado en marzo de 2014, con casos que se remontan a diciembre de 2013 en Guinea-Conakri, país del que se extendió a Sierra Leona y Liberia.
Casi dos años después, en enero de 2016, la OMS proclamó el fin de esa epidemia, en la que murieron 11.300 personas y más de 28.500 fueron contagiadas, cifras que, según esa agencia de la ONU, podrían ser conservadoras.
El virus del ébola se transmite a través del contacto directo con la sangre y los fluidos corporales contaminados, provoca fiebre hemorrágica y puede llegar a alcanzar una tasa de mortalidad del 90 % si no es tratado a tiempo.