El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) ha reportado otro terremoto en Nueva Zelanda tras la serie de potentes sismos registrados la víspera. El movimiento telúrico, de una magnitud de 5,5, se registró a las 20:58 (UTC) del domingo y tuvo una profundidad de 35 kilómetros. Su epicentro se ha localizado a 103 kilómetros al sureste del islote L'Esperance Rock.
El sistema de protección civil de Nueva Zelanda emitió el domingo un alerta tras un sismo de magnitud 7,4 que se registró en el Océano Pacífico, próximo de las islas Kermadec, un territorio neozelandés inhabitado.
El Instituto Geológico Estadounidense anunció que el epicentro de ese sismo se localizó a 34 kilómetros de profundidad y a unos 928 kilómetros al nordeste de la ciudad neozelandesa de Tauranga.
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Según la protección civil, el sismo provocaría corrientes fuertes y peligrosas que representan "una amenaza para las actividades sobre las playas, los puertos y estuarios, y para la navegación de pequeñas embarcaciones".
Esos efectos podrían sentirse en varias islas del Pacífico Sur, como Samoa, Cook y Fiji.
Poco más tarde, sin embargo, la defensa civil moderó su propio alerta anunciando que no había amenazas de daños materiales en el territorio neozelandés.
En la jornada se había registrado también un sismo de magnitud 6,1 a unos 97 kilómetros al nordeste de la isla de Tonga. Según el Instituto Geológico Estadounidense, este sismo ocurrió a unos 10 kilómetros de profundidad.