Kinshasa, 28 may (Prensa Latina) La décima epidemia de ébola en la República Democrática del Congo está hoy lejos de concluir cuando las autoridades reportan casi dos mil casos, mil 281 de ellos ya fallecieron.
Aunque hasta ahora se limita a las provincias de Kivu del Norte e Ituri, ambas en el este del país, el brote tiene en contra las suspicacias de los pobladores con la respuesta y la inestabilidad en la región, en la que operan grupos armados irregulares.
De hecho, el fin de semana murió un estomatólogo, que participaba en el equipo de respuesta, a consecuencias de las heridas por un ataque al centro de tratamiento del ébola en la ciudad de Butembo, una de las más afectadas por la epidemia.
El Ministerio de Salud dijo que del 1 de agosto de 2018 al 20 de mayo pasado se registraron 132 ataques contra los trabajadores sanitarios, lo cual costó la vida a cuatro de ellos y heridas a otros 38.
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Con datos del domingo pasado, la fuente dijo que la enfermedad -que puede causar una letalidad de hasta 90 por ciento- dejó mil 920 casos, de ellos mil 826 confirmados.
También se curaron 500 personas y se esperan por los resultados de pruebas de laboratorio para 252 sospechosos de contraer el virus del Ébola.
A todos los problemas se une que en la localidad de Beni, cercana del epicentro inicial, luego de haber controlado el brote en febrero pasado volvió a reportar casos un mes después, en marzo. A ello se une que en Bunia, una ciudad con un millón de habitantes, ya tuvo su primer fallecido por ébola.
Los datos dan cuenta que están contaminados 105 trabajadores de la salud involucrados directamente en la campaña. De ellos, perecieron 35.
Entretanto, las autoridades contabilizan 125 mil 467 vacunados.