En las últimas horas se conoció la sentencia para Yana Deinesh, una niñera de 25 años que mató a un bebé de 2 que se negaba a comer la comida a la hora del almuerzo, en la villa Kholmogoryr en el noroeste de la región Arkhangelsk Oblast en Rusia.
Según se supo, el menor se rehusaba y hacía rabietas porque no quería comer, algo típico en una criatura de su edad. Sin embargo, esta actitud "molestó" tanto a su cuidadora que decidió ponerle 50 gramos de sal a su comida, lo que condujo a la muerte del pequeño.
La mujer, madre también de dos pequeños, fue sentenciada a 14 años de cárcel por el envenenamiento del niño. Cuando fue enjuiciada por asesinato, confesó que lo que hizo, fue para castigarlo, pero que "no quería que el niño muriera".
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Durante su confesión, también contó que ya lo había maltratado pegándole con un cinturón porque no se portaba bien. Informaron que lo cuidaba porque la madre del niño, quien trabajaba y no podía atenderlo personalmente, confiaba en ella.
Durante el hecho, que se registró en junio del año pasado, explicó que después de la mala actitud del niño tomó un envase de sal y vació casi la mitad en la comida de la víctima. Luego obligó a que el menor la ingiriera, como castigo por su mala actitud a la hora del almuerzo.
Yana Deinesh llevó al menor al hospital en donde permaneció en estado crítico en terapia intensiva. Al final, los doctores no pudieron hacer nada por él. El límite de sal que puede consumir un cuerpo fue superado por 60 veces, por lo que los 50 gramos ingeridos lo envenenaron y provocaron su muerte.
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"Esa cantidad de sal ni siquiera podría ser consumida por un adulto de manera voluntaria. La víctima fue forzada a comerla y la acusada lo alimentó con eso deliberadamente. Tratamos el caso como asesinato, con lo que el tribunal estuvo de acuerdo", concluyó el fiscal Vadim Kuchin.