Al menos 443 personas murieron y dos mil 110 resultaron heridas en los enfrentamientos armados en Trípoli, capital de Libia, desde el 4 de abril, informó hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El organismo precisó que el conflicto, desatado por el ataque de las fuerzas del mariscal Khalifa Haftar a zonas de la capital, provocó hasta ahora el desplazamiento de alrededor de 60 mil individuos.
La OMS confirmó que trabaja en coordinación con los servicios médicos para esas personas. Anteriormente expresó preocupación por el traslado de suministros sanitarios debido a las hostilidades.
El conflicto se agudizó cuando el autodenominado Ejército Nacional de Libia, comandado por Haftar, ordenó a sus efectivos marchar sobre Trípoli y desde entonces se producen fuertes enfrentamientos con las fuerzas del Consejo Presidencial (CP), Gobierno reconocido por la Organización de Naciones Unidas.
El presidente del CP, Fayez Al-Sarraj, llamó este jueves a los países amigos a que asuman sus responsabilidades y condenen la guerra en Trípoli, durante una reunión con embajadores árabes, africanos y occidentales.
Enfatizó en que la guerra terminará y los libios volverán a la mesa de negociaciones, y pidió la preparación de un proceso político que tome en cuenta las nuevas realidades creadas por el conflicto armado.
Saraj demandó igualmente explorar un mecanismo para el diálogo que involucre a todos los libios sin exclusión y encontrar nuevos socios con los que negociar: el proceso político necesita personas que puedan cumplir su palabra y crean en la democracia y el intercambio pacífico de poder, señaló.
Dividida de facto en tres administraciones y con presencia de varias milicias armadas, Libia se encuentra inmersa en el caos y la guerra civil desde el derrocamiento del Gobierno de Muamar Gadafi y su asesinato en 2011, en los que participaron Estados Unidos y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
Además del Consejo, el país cuenta con otro poder desde el Parlamento en Tobruk, dominado por Haftar; y un tercero a raíz de la alianza que suponen las ciudades-estado de Misrata y Zintan, en el noroeste.