Un informe independiente presentado esta semana denuncia que se produjeron al menos tres casos de "agresión sexual grave" en el Parlamento de Nueva Zelanda.
La investigación empezó en diciembre del año pasado a petición de Trevor Mallard, presidente de la Cámara de Representantes del país, a raíz de una serie de malas conductas denunciadas por trabajadores desde 2014. La investigación se centró en analizar comportamientos agresivos, sexistas y racistas de todo el personal del órgano legislativo.
Los encuestados fueron tanto hombres como mujeres y el informe arrojó como resultado que 50 personas reportaron tocamientos no deseados, 54 personas denunciaron "avances sexuales no deseados" y se contabilizaron hasta 14 casos de abuso sexual.
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Después de revisar el informe, Mallard dio a conocer en una entrevista en la radio local RNZ que dentro de los 14 casos de abuso constaban tres incidentes graves que apuntaban como responsable a una misma persona que probablemente aún se encontraba en el Parlamento.
"Estamos hablando de asalto sexual grave", afirmó el presidente de la Cámara, que señaló que, según la información presentada, se trataba de casos de "violación", por lo que instó a las víctimas a denunciar las agresiones.
Tras sus declaraciones, una mujer presentó una denuncia formal, hecho que ocasionó que un funcionario de personal legislativo renunciara a su cargo y se iniciara una investigación al respecto.
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Poco antes de la presentación del informe, la primera ministra del país, Jacinda Ardern recalcó durante una reunión con Mallard que se aseguraría de que el Parlamento neozelandés "sea un lugar seguro para todo el personal". En el lugar, además de 120 legisladores, trabajan centenares de personas entre personal administrativo, personal de apoyo y periodistas.