Sri Lanka decretó hoy un toque de queda en todo el país y bloqueó las redes sociales tras una oleada de violencia contra la comunidad musulmana que comenzó el domingo en una ciudad cercana a Colombo, menos de un mes después de los ataques contra iglesias y hoteles de lujo que causaron 253 muertos.
El toque de queda permanecerá en vigor hasta las 04.00 del martes, hora local (22.00 del lunes GMT), informó el portavoz de la Policía de Sri Lanka, Ruwan Gunasekara, en un comunicado.
La violencia contra la comunidad musulmana comenzó ayer en la ciudad de Kurnegala, a unos cien kilómetros de la capital isleña, obligando al Gobierno a limitar el derecho de reunión y de movimiento en esa zona durante la noche del domingo al lunes.
“Aunque se han causado daños a algunas propiedades, no se han reportado heridos o fallecidos”, indicó Gunasekara en el comunicado.
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De acuerdo con un vecino de Kurunegala contactado, que pidió el anonimato, la violencia estaba claramente dirigida contra los musulmanes.
“Había jóvenes armados con barras de hierro y de madera deambulando en grandes números. Muchas tiendas han sido atacadas, para ellos es fácil identificar qué comercios pertenecen a los musulmanes porque son los únicos que estaban cerrados”, señaló.
A pesar del toque de queda, la violencia entre comunidades se extendió a otras áreas cercanas a lo largo del día llevando a las autoridades a imponer restricciones en el noroeste del país y, ahora, en toda la isla.
Las redes sociales también ha sido bloqueadas por el Gobierno de Sri Lanka para evitar la difusión de rumores e informaciones falsas.
“Hemos observado que las redes sociales han estado alimentando la tensión entre las comunidades“, explicó Gunesekara.
El jefe del Estado Mayor de la Defensa, el almirante Ravindra Wijegunarathnam, afirmó en un comunicado que han sido desplegados tanto soldados en uniforme como vestidos de civil para contener la violencia.
“Estos incidentes sólo van a causar más presión en las fuerzas de seguridad que ya están movilizadas para operaciones, así que hacemos un llamamiento a no involucrarse en esta violencia”, lamentó Wijegunarathnam.
La violencia llega semanas después de la serie de atentados coordinados del Domingo de Resurrección contra tres iglesias y tres hoteles de lujo, que causaron 253 muertos y más de 500 heridos.
Los investigadores han apuntado a que los atacantes suicidas pertenecían a las organizaciones extremistas locales National Thowheed Jamath (NTJ) y Jammiyathul Millathu Ibrahim (JMI), responsables de los ataques, reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico.
Tras los ataques, las autoridades religiosas de la comunidad musulmana decidieron suspender temporalmente los rezos comunitarios de los viernes por miedo a ataques de represalia.
El presidente de la Conferencia Episcopal de Sri Lanka, el cardenal Albert Malcolm Ranjith, ha hecho múltiples llamamientos a la calma.