Seis personas, incluido un sacerdote, fueron asesinadas este domingo por la mañana en un ataque a una iglesia católica en Dablo, una ciudad en la provincia de Sanmatenga, en el norte de Burkina Faso, dijeron fuentes locales y de seguridad.
"Alrededor de las 9:00 am, durante la misa, individuos armados irrumpieron en la Iglesia Católica. Comenzaron a disparar mientras los fieles intentaban escapar ", dijo el alcalde de Dablo, Ousmane Zongo. Los atacantes "pudieron inmovilizar a algunos fieles. Mataron a cinco (personas). El sacerdote que celebraba la misa también fue asesinado, lo que elevó a seis el número de muertos.
Según una fuente de seguridad, el ataque fue llevado a cabo por un "grupo de hombres armados estimado entre veinte y treinta".
"Incendiaron la iglesia, luego comercios y un maquis [pequeño restaurant o bar], antes de dirigirse al centro de salud donde requisaron el local e incendiaron el vehículo de la enfermera jefa del puesto", agregó Zongo.
El atentado se produce dos días después de que el ejército francés liberara a cuatro rehenes retenidos en el país centroafricano por un grupo armado yihadista no identificado, operación en la que murieron dos soldados y cuatro presuntos terroristas.
Burkina Faso se enfrenta desde hace cuatro años a ataques cada vez más sangrientos y frecuentes, atribuidos a grupos yihadistas, entre ellos Ansarul Islam, el Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes (GSIM) y la Organización Estado Islámico del Gran Sahara (EIGS).
Este es el primer ataque de este tipo contra una iglesia católica desde que comenzase la oleada yihadista en 2015 y el segundo contra un templo cristiano en un plazo de solo dos semanas.
El pasado 28 de mayo una iglesia protestante de la localidad de Silgadji (también en el norte) se convirtió a su vez en el primer lugar de su tipo en ser blanco del terrorismo.
La región más afectada por la inseguridad es la del Sahel, situada en el norte y que comparte frontera con Mali y Níger. Sin embargo, la situación del este del país también se ha degradado desde el verano de 2018.
Burkina Faso es uno de los cinco países que componen el G5 del Sahel, junto a Mali, Mauritania, Níger y Chad, grupo que combate el terrorismo yihadista en la región.