Brunéi extenderá la moratoria de facto a la sharia o ley islámica que aplicaba la pena de muerte para homosexuales o adúlteros, lo que llevó a que soportara una oleada de críticas y llamadas al boicot.
La decisión fue anunciada por el sultán Hassanal Bolkiah, en un discurso televisado en la noche del domingo con motivo del inicio del mes del Ramadán, en el que buscó clarificar "malas interpretaciones" sobre la implementación de la legislación islámica.
"No debería haber ninguna preocupación sobre la sharia ya que esta incluye la misericordia y bendiciones de Alá (…) que jamás nos impondría leyes pensadas para infligir crueldad", dijo el sultán en su alocución recogida hoy por la prensa estatal.
"En las últimas dos décadas hemos practicado una moratoria de facto a la ejecución de la pena de muerte en casos de ley común. Esto se aplicará también en los casos de la sharia que ofrece un amplio margen de exoneración", añadió.
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El sultán, que sostuvo que la ley islámica persigue "preservar la moralidad y decencia pública", aseguró además que Brunéi ratificará la Convención de la ONU contra la Tortura para "mantener nuestros compromisos y obligaciones internacionales".
El nuevo ordenamiento incluye la lapidación por delitos homosexuales y adulterio; la mutilación de la mano o el pie por robo; la pena capital por blasfemia, difamar el nombre del profeta Mahoma y la apostasía; y la flagelación por aborto, entre otros.
En el caso del delito de sodomía entre varones, la nueva ley dictamina la pena de muerte por lapidación si el acusado es musulmán y admite el delito o hay cuatro testigos del acto, según la "sharía" o ley islámica.
Su entrada en vigor el pasado 3 de abril motivó la condena de organizaciones de defensa de los derechos humanos y la ONU, y llamadas al boicot a la cadena de hoteles de lujo propiedad del sultán por parte de celebridades como el actor George Clooney o el cantante Elton John.
Según testimonios de ciudadanos de Brunéi, las leyes de la "sharía" ya se encuentran en práctica en el sultanato, entre los cuales citan como ejemplos la imposición de un guardián masculino para las mujeres o los castigos por las relaciones prematrimoniales.
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En una carta, publicada por la organización garante de los derechos The Brunéi Project, Jack, identificado como un homosexual bruneano, argumenta la falta de críticas contra la "sharía" dentro de Brunéi por el férreo control de las autoridades sobre los medios de comunicación y las leyes que reprimen la libertad de expresión.
"Nuestro país no lo hace más fácil para la comunidad LGBT. Esta ley inevitablemente afectará a personas, en especial a los adolescentes que están en proceso de descubrir su identidad. Estarán confundidos porque su propio país, al que aman y del que están orgullosos, los rechaza con vehemencia", argumenta.
Naciones Unidas o países como Australia, Alemania o España, entre otros, han expresado su preocupación por el retroceso en materia de derechos humanos en Brunéi que conllevan estos castigos, también presentes en una decena de países como Arabia Saudita, Irán o Sudán.
Aunque el actual Código Penal contempla la pena de muerte, Brunéi no ha llevado a cabo ninguna ejecución desde 1957 y la última sentencia data de 2017 por un delito de narcotráfico.
Brunéi, un sultanato situado en la isla de Borneo que cuenta con amplios recursos gracias a sus ingentes reservas de petróleo y gas, comenzó a introducir los castigos basados en la ley islámica en 2014.
Una campaña internacional de boicot a los negocios del sultanato llevó a la suspensión temporal de las penas más estrictas y castigos corporales prevista a finales de 2016.