Organizaciones de víctimas de abusos sexuales en el ámbito eclesiástico reclamaron este jueves en Buenos Aires que el papa Francisco haga efectivo su compromiso de tolerancia cero a estos delitos en Argentina, su país de origen y donde fue cardenal primado
“La mayor batalla para la tolerancia cero ocurre en Argentina. Si el papa no puede instalar la tolerancia cero contra abusadores y encubridores en su país, no se logrará en ningún otro”, declaró el estadounidense Peter Isely, fundador de la asociación internacional contra la pederastia ECA (Ending Clergy Abuse) y él mismo víctima de abuso.
En una rueda de prensa frente al Hogar Sacerdotal de Buenos Aires Monseñor Mariano Espinosa, donde se alojó un cura denunciado, Isely aludió al compromiso expresado por el papa durante la cumbre sobre la pederastia en febrero en el Vaticano.
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En aquella ocasión, Francisco admitió el problema de los abusos sexuales a menores, a los que calificó de “monstruosidad”, y se comprometió a combatirlos “con la máxima seriedad”.
“En febrero el Papa declaró abierta una guerra contra los abusos. Llamó a los curas abusadores lobos sanguinarios. ¿Pero, qué pasa en su propio país?”, lanzó el líder de Eca.
“Lamentablemente no ha estado del lado de las víctimas. Tiene que venir aquí y hacer realidad la tolerancia cero y anular el Concordato en caso de abusos sexuales porque la Iglesia lo utiliza para obstruir la justicia”, agregó.
El Concordato firmado entre Argentina y la Santa Sede en 1966 reconoce la jurisdicción especial para la Iglesia Católica, y se lo invoca para que los casos sean dirimidos por la justicia eclesiástica y eludir los tribunales.
Un centenar de curas y monjas tiene denuncias por abusos y pederastia en Argentina, pero solo cuatro o cinco fueron separados de la Iglesia, según una recopilación de la ONG BishopAccountability (responsabilidad de obispos), dijo su codirectora Anne Barrett Doyle. También hubo algunas condenas.
Barret Boyle enumeró y mostró fotos de obispos argentinos acusados de encubridores. Sostuvo además que cuando Jorge Bergoglio era cardenal primado de Buenos Aires, antes de asumir el papado en 2013, “no podía no estar al tanto”.
“En sus 14 años de arzobispo de Buenos Aires solo envió dos alegatos al Vaticano con respecto a abusos sexuales en su diócesis”, sostuvo.