No habrá misas públicas hasta nueva orden y funerales por los atentados podrán hacerse en ceremonias privadas. Ataques del domingo de Pascua dejan 359 muertos.
Los kamikazes atacaron a la minoría cristiana de la isla de Asia del Sur el domingo por la mañana en tres iglesias que oficiaban la misa de Pascua, provocando un baño de sangre. Paralelamente se produjeron explosiones en tres hoteles de lujo.
"Por consejo de las fuerzas de seguridad, mantendremos todas las iglesias cerradas", anunció un alto responsable de la Iglesia local, que añadió que "no habrá ninguna misa pública hasta nueva orden". Los funerales de las víctimas pueden realizarse en ceremonias privadas.
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Estos atentados, que causaron 359 muertos y unos 500 heridos según el último balance oficial hasta la fecha, se encuentran entre los más mortíferos en el mundo desde el 11 de septiembre de 2001.
Las autoridades atribuyen su autoría al grupo extremista local National Thowheeth Jama'ath (NTJ). La organización yihadista Estado Islámico (EI) reivindicó los ataques en un video.
Colombo emprendió una gigantesca búsqueda de sospechosos. Sri Lanka detuvo a otras 16 personas la madrugada del jueves, elevando a 75 el número de detenidos desde el domingo.
El Ejército desplegó a miles de soldados más para respaldar a la Policía en esta búsqueda. El ejército de tierra aumentó el número de sus militares implicados en el dispositivo de 1.300 a 6.300. El ejército del aire y la marina participan con 2.000 hombres.
"Tenemos el poder de buscar, confiscar y detener gracias a la legislación del estado de emergencia", activado desde el lunes a medianoche, declaró a la AFP el general de brigada Sumith Atapattu.
Colombo reconoció un "fallo" del Estado en materia de seguridad, ya que las autoridades no supieron impedir esta masacre a pesar de que contaban con informaciones previas cruciales.
Una alerta profética hace quince días, que prevenía que el NTJ preparaba atentados, no fue comunicada al primer ministro y a ministros de alto rango. La alerta se basaba en elementos transmitidos por "una agencia de inteligencia extranjera" y había sido difundida a los servicios de policía.
"Ha habido claramente un fallo de comunicación de [los servicios] de inteligencia. El gobierno debe asumir sus responsabilidades, ya que si la información hubiese sido transmitida a las personas correctas, habría permitido evitar o minimizar" estos atentados, reconoció el miércoles el viceministro de Defensa, Ruwan Wikewardene.
La Policía es competencia del presidente Maithripala Sirisena, que está enemistado con el jefe de gobierno Ranil Wickremesinghe. El primero había destituido al segundo en otoño, pero fue obligado a readmitirlo tras siete semanas de caos político.
Los dos hombres, con personalidades antagonistas, sienten una animadversión recíproca y se ponen trabas el uno al otro.
El gobierno esrilanqués anunció el miércoles que "nueve kamikazes" en total habían fallecido en los atentados del Domingo de Pascua. Ocho fueron identificados pero sus nombres no han sido revelados.
En los ocho sitios donde hubo explosiones el domingo, seis -tres iglesias en Colombo, Negombo y Batticaloa y tres hoteles de lujo en Colombo- fueron el blanco de atentados suicidas por la mañana.
Posteriormente, se produjeron otras explosiones a mediodía en dos lugares distintos de la periferia de Colombo: estas son obra de sospechosos que se suicidaron para evitar ser detenidos. Uno de ellos iba a cometer un atentado en un cuarto hotel de lujo, adyacente a los otros, pero no se hizo explotar por una razón indeterminada.
El sospechoso, cercado por las fuerzas de seguridad horas después en la periferia sur de Dehiwala, se suicidó activando sus explosivos.
Aproximadamente en el mismo momento, dos personas -un hombre y una mujer- se hicieron explotar en una operación policial en el domicilio de sospechosos en la periferia norte de Orugodawatta, indicaron el miércoles a la AFP fuentes cercanas a la investigación.
El paradero del presunto líder del NTJ, Zahran Hashim, es desconocido por el momento.
"La mayoría" de los kamikazes "tienen estudios y son de clase media o clase media alta, por lo que son bastante independientes económicamente y sus familias son bastante estables, lo que es un factor preocupante", informó el miércoles el viceministro de Defensa.