Alex Hardy, un joven británico estudiante de 23 años de edad, se suicidó tras realizarse la circuncisión por presentar fimosis, una afección en la que el prepucio está demasiado apretado para ser retirado sobre la cabeza o el glande del pene.
El joven, quien estudiaba en Canadá, planeó que su madre supiera por un correo electrónico las razones que lo orillaron a suicidarse, justo 12 horas después de que tomó la decisión de terminar con su vida; no obstante, una hora antes de que Lesley recibiera el correo de su hijo, un policía tocó a su puerta para comunicarle que Alex había muerto.
Alex presentaba una condición conocida como fimosis, una afección en la que el prepucio está demasiado apretado para ser retirado sobre la cabeza o el glande del pene, por lo que se sometió a una cirugía que volvió un infierno su vida.
En un correo electrónico de despedida dirigido a su madre: “Tuve problemas con un prepucio apretado. Desde mi adolescencia me creó problemas de alcoba, ya que significaba que mi prepucio no se retraía sobre el glande como estaba previsto, lo que causó algunos momentos incómodos”.
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Describió que a la edad de 21 años lo remitieron a un urólogo: “Inmediatamente sugirió la circuncisión. Le pregunté sobre el estiramiento y él me mintió por completo y dijo que a mí eso no me funcionaría; en gran parte confiaba porque sentí que él era el experto que mejor conocía del tema, así que con cierto escepticismo lo acepté”.
Describió los problemas físicos que había sufrido después de ser circuncidado y describió la sensibilidad constante en la cabeza de su pene que ya no estaba protegida por su prepucio y por lo cual eso le impedía tener actividad física normal: “Donde una vez tuve un órgano sexual, ahora me dejaron con un palo entumido y abatido. Mi sexualidad ha quedado en ruinas”.
"Si fuera mujer (en un país occidental) esto habría sido ilegal, el cirujano sería un criminal y esto nunca habría sido considerado como una opción por los doctores", escribió Alex.
No obstante, Alex buscó ayuda médica y psicológica después de la operación, pero tristemente no fue suficiente para aliviar su dolor y terminó por quitarse la vida el 25 de noviembre del 2017.
"Alex era reservado. Ciertamente nunca habría dicho: 'Tengo un prepucio apretado y me duele mucho'. Y no lo hizo. Y yo no lo sabía", lamenta su madre.