Nusrat Jahan Rafi utilizó los últimos minutos que le quedaron de vida para denunciar al director de su centro de estudios de haberla acosado sexualmente tocándola de forma inapropiada.
"El profesor me tocó. Combatiré este crimen hasta mi último aliento", se le escucha decir a la joven de 19 años en un video que grabó con el teléfono de su hermano, mientras se trasladaba en una ambulancia con el 80% del cuerpo quemado.
Antes de que padeciera este daño, la estudiante de Bangladesh había acusado a la máxima autoridad de la 'madrassa' (escuela religiosa) donde estudiaba de haberla acariciado.
En la comisaría, contó el pasado 17 de marzo que el sujeto le ordenó que vaya a su oficina y, allí, la tocó de forma inapropiada varias veces, por lo que salió corriendo del lugar.
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Una de las autoridades grabó a Nusrat Jahan mientras describía, de forma angustiada, cómo había padecido acoso sexual.
La policía le ordenó que retirara las manos de su cara y que los tocamientos indebidos que había sufrido "no eran gran cosa".
Este video se difundió y publicó en diversos medios de comunicación de Bangladesh. El hombre acusado de acoso sexual fue detenido por los comisarios, pero una multitud, convocada por dos estudiantes hombres, se congregó en las calles para pedir que lo liberen.
La familia de la víctima empezó a temer por la seguridad de su hija porque a la manifestación, incluso, asistieron políticos locales.
Once días después de haber sido vulnerada, Nusrat asistió a su escuela para rendir sus últimos exámenes sin imaginar que iba a sufrir una tragedia.
Su hermano, Mahmudul Hasan Noman, contó que intentó acompañarla y entrar con ella a las instalaciones, pero no pudo porque lo "pararon" y no lo "dejaron entrar".
"Si no me hubieran detenido, a mi hermana no le habría pasado algo así", contó.
La estudiante de Bangladesh narró que, ese día, una de sus compañeras la convenció de ir al tejado de la escuela asegurándole que a uno de sus amigos lo estaban golpeando.
Cuando llegaron, la joven fue rodeada por cuatro o cinco personas que vestían 'burkas', quienes le ordenaron que retirara la denuncia por acoso sexual que había puesto contra el director.
Después de que se negara a hacerlo, le prendieron fuego. El objetivo de sus victimarios era simular que Nusrat se había suicidado, según el jefe del departamento local de policía, Banaj Kumar Majumder.
La autoridad contó que "uno de los asesinos estaba sujetándole la cabeza boca abajo con sus manos, por lo que el queroseno no cayó ahí y por eso la cabeza no se quemó".
En el hospital, los médicos se percataron de que las quemaduras de Nusrat eran graves y cubrían el 80% de su cuerpo.
Por ello, decidieron trasladarla al hospital universitario de Daca. En la ambulancia, la joven se grabó contando lo que había padecido y denunció que sus compañeros fueron los causantes.
El pasado 10 de abril, la víctima falleció. Miles de personas acudieron a su funeral en Feni, una pequeña localidad ubicada a 160 kilómetros al sur de la capital de Bangladesh.
La policía arrestó a quince personas, de las cuales 7 estarían involucradas en el crimen y dos son estudiantes que organizaron la protesta para apoyar al director.
Sheih Hasina, primera ministra de Bangladesh, prometió a la familia de Nusrat que todos los involucrados en su asesinato serán capturados y juzgados.
"El incidente nos ha sacudido, pero como hemos visto en el pasado, este tipo de casos se olvidan con el tiempo. No creo que haya un gran cambio después de esto. Tenemos que ver si se hace justicia", dice la profesora Kaberi Gayen, de la Universidad de Daca.