Christine Caron estaba jugando a la pelota con sus cuatro perros cuando uno le mordió la mano accidentalmente, días después se creó en su organismo una peligrosa sepsis que casi le cuesta la vida y provocó que le fueran amputadas ambas piernas y un brazo. Sin embargo sobrevivió y ahora es forma parte de una asociación de ayuda a personas amputadas.
La residente de Ottawa, Canadá, jugaba con sus mascotas el 16 de mayo de 2013 cuando Buster, su perro Shih Tzu de tres años de edad, le mordió la mano accidentalmente, ella no le dio importancia, se lavó la herida, la desinfectó pero pocos días después le dio una sepsis casi mortal.
"No pensé que sería un problema, ya que lo había limpiado de inmediato y no se infectó. Tres días después de la mordedura del perro comencé a experimentar algunos mareos y me volví más enferma a partir de ahí", relató al portal Daily Mail.
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El 21 de mayo, la señora Caron se sintió extremadamente débil, sin aliento y con náuseas en el trabajo, así que se fue a su casa y se quedó dormida en el sofá.
Después de intentar dormir, la mujer se despertó a las 23:30 hrs. con lo que ella pensaba que eran síntomas de la gripe y luego llegaron los vómitos durante la noche.
"Traté de ir a la clínica de emergencia, pero había cerrado solo unos momentos antes, así que fui a casa y me fui directo a la cama, y ??esto fue lo último que recordé durante meses".
Los síntomas de la sepsis incluyen dificultad para hablar o confusión, temblores extremos o dolor muscular, no poder orinar, falta de aliento severa y piel moreteada o descolorida.
"Me derrumbé en la sala de emergencias a las 7 horas. Lo siguiente que supe fue que estaba en el hospital siendo despertado de un coma inducido el 13 de junio.
"Esto es cuando me dijeron que había sufrido de sepsis y que la única forma en que podrían salvarme sería si me amputaran los brazos y las piernas".
La sepsis había devastado tres de las extremidades de la señora Caron. Pero, después de recuperar la circulación en su brazo derecho, le dijeron que podría seguir usándolo.
"Al principio me dijeron que tendría que amputarme las cuatro extremidades, pero, de forma milagrosa, la circulación volvió a mi brazo derecho, y eso me proporcionó el pequeño rayo de esperanza que tan desesperadamente necesitaba para sobrevivir", dijo la mujer de 55 años.
"Me amputaron las piernas debajo de la rodilla el 22 de junio y, finalmente, me amputaron el brazo debajo del codo el 26. Luego me pusieron directamente en rehabilitación para aprender cómo hacer frente a la pérdida de múltiples extremidades y alcanzar cierto nivel de independencia", relató.
El 8 de julio, la Sra. Caron fue dada de alta del hospital al centro de rehabilitación y, para septiembre, ya podía caminar con sus prótesis para caminar. El 18 de diciembre, fue dada de alta del centro de rehabilitación.
No fue hasta 2017 que Caron recibió su brazo protésico izquierdo pasivo cuando los médicos querían que ella concentrara su energía en aprender a caminar nuevamente.
Buster tuvo que ser reubicado en 2015 ya que se estaba volviendo extremadamente ansioso y protector de la Sra. Caron y mostraba agresión a otros perros.
A pesar de haberse convertido en una triple amputada, Caron explica que ahora está aprovechando al máximo la vida.
Christine aseguró que el yoga, su familia y la sensibilización sobre la sepsis la ayudan a vivir cada día al máximo.
"A lo largo de los años, he estado trabajando para volver a estar activo después de que los impactos mentales de la cirugía me detuvieron. Mi objetivo inicial era llegar a mi 50 cumpleaños, y eso fue hace cinco años. Mi nuevo objetivo es centrarme en ayudar a difundir la mayor conciencia posible acerca de la sepsis y los problemas del síndrome post-sepsis, la condición que la mayoría de los sobrevivientes de sepsis se quedan.
Necesitamos hacer más para defender y educar, ya que la sepsis no discrimina, ¡le puede pasar a cualquiera!".