Madagascar enfrenta el brote de sarampión más grande en la historia, con casos que se elevan mucho más allá de los 115,000, pero la resistencia a vacunar a los niños no es la fuerza impulsora detrás del aumento.
Solo el 58% de las personas en la isla principal de Madagascar han sido vacunadas contra el sarampión, un factor importante en la propagación del brote. Con el sarampión una de las enfermedades más infecciosas, las tasas de inmunización deben ser del 90% al 95% o más para prevenir los brotes.
En un día reciente, la sala de espera del centro de salud Iarintsena estaba llena, con las madres sentadas en el suelo y otras esperando afuera en el calor abrumador. Dos enfermeras voluntarias y una partera intentaron satisfacer la demanda.
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El brote ha matado principalmente a niños menores de 15 años desde que comenzó en septiembre, según la Organización Mundial de la Salud.
El sarampión, una enfermedad altamente infecciosa que se transmite al toser, estornudar, contacto cercano o superficies infectadas, no tiene un tratamiento específico. Los síntomas son tratados en su lugar.
El ministerio de salud de Madagascar envió medicamentos gratuitos a las regiones más afectadas por el brote. Maronko recordó a los jefes de los centros de salud en la región de Ambalavao que no hicieran pagar a los padres, diciendo que había visto a algunos médicos pidiendo dinero.
A fines del mes pasado, la OMS inició una tercera campaña de vacunación masiva en Madagascar con el objetivo general de llegar a 7,2 millones de niños de 6 meses a 9 años.