Múltiples guarderías en Nueva Zelanda cambiaron sus normas de alimentación después de que un niño se ahogara con un pedazo de fruta en su escuela y quedara permanentemente paralítico, reportaron medios locales. Neihana Renata tenía 22 meses en mayo del 2016 cuando un pedazo de manzana se le trabó en la garganta mientras almorzaba en su guardería, reportó Stuff.co.nz.
Aunque las maestras de la guardería intentaron quitarle la fruta y lo resucitaron con respiración boca a boca, el niño tuvo un paro cardíaco por unos 30 minutos. Neihana se pasó dos semanas en cuidados intensivos y dos meses en el hospital. Porque su cerebro estuvo sin oxígeno tanto tiempo, el niño que “amaba correr y jugar afuera y era un gran bailarín” quedó con una discapacidad motora severa. El pequeño no puede hablar, caminar ni moverse solo, reportó este medio.
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También es vulnerable a las infecciones en el pecho y requiere supervisión constante. Su mamá, quien es doctora, dejó de trabajar para atenderlo. La compañía dueña de la guardería donde ocurrió el incidente cambió su normas alimenticias, evitando darle frutas y vegetables duros a los niños menores de tres años a no ser que estén cocinados y estén blandos, sin cáscara y en forma de puré. Más de 100 guarderías de esta compañía en el país han adoptado estas nuevas normas para evitar otros casos similares.
Según un estudio, los caramelos son una causa común de asfixia y visitas a las salas de emergencia. Según la Academia Americana de Pediatría (AAP), la obstrucción de las vías areas es la causa número uno de muertes accidentales en niños menores de 1 año y la cuarta más peligrosa para niños entre las edades de 1 a 9 años (cobrando más vidas de menores de esas edades que los accidentes automovilísticos, ahogarse en el agua o sufrir quemaduras).