El sexo gay y el adulterio se convertirán en delitos castigados con la muerte por lapidación en Brunéi a partir del próximo 3 de abril, cuando entre en vigor su nuevo código penal, anunció en un escueto comunicado el ministro de Asuntos Religiosos del país.
Las relaciones sexuales con personas del mismo sexo ya eran ilegales en el sultanato, pero ahora las autoridades bruneanas planean castigar esta práctica con la pena más severa. La sanción se aplicará solo a personas de fe islámica y la ejecución deberá ser observada por un "grupo de musulmanes".
Aparte de este cambio, la nueva ley prescribirá también la amputación de extremidades por robo.
La iniciativa causó indignación de las organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos, entre ellas la ONG Amnistía Internacional (AI).
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"Brunéi debe detener de inmediato sus planes para aplicar estos castigos despiadados y revisar su código penal de conformidad con las obligaciones de derechos humanos. La comunidad internacional tiene que condenar con urgencia esta medida de Brunéi dirigida a poner en práctica estas crueles penas", pidió Rachel Chhoa-Howard, investigadora de AI en el país árabe.
Chhoa-Howard defendió que algunos de "los potenciales 'delitos'" –entre ellos el sexo con adultos del mismo género- "ni siquiera deberían ser calificados como crímenes en absoluto", al tiempo que denunció que el uso de "castigos crueles, inhumanos (…) restringe flagrantemente los derechos a la libertad de expresión, religión y creencia".
El texto legislativo está siendo estudiando en Brunéi desde el 2014. Ya en las primeras etapas de su discusión, AI "expresó una grave preocupación" respecto a la iniciativa.
Actualmente, las leyes de Brunéi contemplan la condena a muerte para varios crímenes. La pena capital más reciente fue aplicada en 2017 por un delito relacionado con estupefacientes.