Hong Kong puede presumir de ser una de las economías más potentes del mundo. Considerado como uno de los grandes centros financieros del Planeta, la atracción que genera la bolsa de valores, el comercio y los servicios bancarios ha provocado que se convierta en un lugar de gran importancia estratégica, pero donde vivir cada día es más complicado. Y no solo por los altos precios de las casas, sino porque literalmente se están quedando sin espacio. Pero el gobierno tiene una solución.
En vista del importante problema de superpoblación que está teniendo Hong Kong, las autoridades han anunciado un nuevo plan con el que tratar de paliar esta situación: ni más ni menos que construir la isla artificial más grande del mundo. Se trata de un proyecto que aún está en alambres, pues acaba de nacer desde el Ejecutivo, pero con el que se quiere solucionar el problema de habitabilidad y, de esa manera, descongestionar el resto de la región asiática.
Se trata de una ambiciosa propuesta gubernamental, en la que se quiere construir de la nada una isla con 1.000 hectáreas de tamaño, junto a la isla natural más grande de Hong Kong, Lantau. El proyecto tendría un gasto cercano a los 70.000 millones de euros y cuya construcción tendría una duración aproximada de 7 años: la idea es comenzar con la recuperación de tierras en 2025 para que, a partir de 2032, los ciudadanos puedan entrar a vivir allí.
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Para hacernos una idea del monumental tamaño de esta isla, solo habría que tener en cuenta que esta construcción artificial tendría tres veces el tamaño de la superficie total de Central Park y que contaría con cerca de 300.000 apartamentos en su interior, de los que el 70 por ciento estarían exclusivamente destinados para vivienda social. Una monumental obra para dotar de casas públicas a un Hong Kong cada vez más preocupado por la escasez de espacio en su interior.
La nueva isla artificial de Hong Kong superará con creces el tamaño de la más grande que existe en la actualidad, Palm Jumeirah, el famoso espacio de Dubái con forma de palmera, prácticamente doblando su tamaño, de 560 hectáreas. Una de las grandes obras de ingeniería que nunca antes se han visto en el mundo es apoyada por buena parte de Hong Kong, pero otra muy crítica se niega a que se lleve a cabo por el impacto medioambiental.
Desde algunos focos, defienden que la construcción de una isla artificial de 1.000 hectáreas sería caótico para la biodiversidad marina. Especialmente con lo que respecta a los delfines rosados, una especie marina en peligro de extinción cuya mayor colonia se encuentra frente a las costas de Lantau y que podría verse gravemente afectada por la recuperación de tierras para llevar a cabo la construcción de este gran espacio. Pero no es la única gran obra que se proyectará.
Junto a esta megaconstrucción, Hong Kong también ha anunciado que tiene planes para levantar otra isla artificial de 700 hectáreas junto a sus costas, aunque no ha desvelado los detalles exactos sobre este proyecto. Recordemos que hace escasos meses, Hong Kong abría al público el puente martítimo más largo del mundo, de 55 kilómetros y con hierro suficiente como para hacer 66 torres Eiffel. Ahora, la mayor isla artificial del mundo también puede ser 'made in Hong Kong'.