Deasy Tuwo, una científica de 44 años, era una apasionada de los animales que trabajaba en el centro de conservación de especies del laboratorio CV Yosiki en Sulawesi del Norte, en Indonesia.
El último viernes estaba dando de comer trozos de carne a un cocodrilo al que apodaban Merry, cuando el animal de más de 5 metros de largo tomó impulso con sus patas y pegó un salto, según la hipótesis principal que manejan los investigadores. Con su boca alcanzó a traspasar la pared de concreto que rodeaba su estanque, capturó a Deasy y la arrastró hasta el agua. Allí la devoró viva, arrancándole el brazo izquierda y mutilando su torso.
Los empleados del laboratorio se percataron recién a la mañana siguiente cuando notaron una "forma extraña" en el agua. Enseguida detectaron que era Merry con una parte del cuerpo de Deasy atrapado entre sus mandíbulas. Los trabajadores tuvieron que luchar durante un buen rato para rescatar el cuerpo de las científica. El cocodrilo tironeaba y se resistía, destaco Infobae.
Te puede interesar: Hallan a dos pandilleros de la Mara Salvatrucha decapitados en El Salvador
Este domingo, los trabajadores lograron capturar al cocodrilo Merry, que fue atado y trasladado en una camioneta para hacerle exámenes médicos.
"Ella era la jefa del laboratorio. Una persona callada. Estamos confundidos sobre cómo ocurrió todo", contó Merry Supit, una colega de Deasy citada por el Daily Star. "El cocodrilo come pollo, atún y carne. Todo tiene que ser fresco, no come lo que ha estado congelado o fue matado hace algunos días".
"Nos llamó la atención cuando descubrimos un objeto flotando en el estanque de los cocodrilos… era el cuerpo de Deasy", dijo Erling Rumengan, otro colega de la desafortunada científica. "Es muy probable que el cocodrilo saltó desde adentro. Quizás porque estaba lleno no terminó de comerse todo su cuerpo".
La policía local, que trasladó al cocodrilo a un centro de preservación de especies en Bitung para que se realicen un examen de su estómago. Además, están tratando de localizar al dueño del cocodrilo, que sería un empresario japonés que abrió el centro de investigaciones. "Necesitamos saber si tenía permiso legal para tener al cocodrilo y otras especies costosas en su empresa. Si no lo tenía, será detenido", advirtieron los agentes policiales.