ESTAMBUL (AP) — Un servicio fúnebre se realizó el viernes en Estambul en memoria del periodista saudí Jamal Khashoggi, más de un mes después de su asesinato en el consulado saudí. Amigos de Khashoggi, políticos turcos y miembros de la prensa acudieron al servicio en la Mezquita Fatih, realizado “en ausencia” porque los restos del columnista del diario The Washington Post no han sido hallados.
La ceremonia se efectuó un día después que la fiscalía de Arabia Saudí dijo que solicitaría la pena de muerte contra cinco sospechosos del asesinato. El anuncio no calmó a Turquía, que ha estado ejerciendo crecientes presiones sobre los saudíes, pero pudiera ser suficiente para algunos aliados occidentales de Riad.
Los dolientes dijeron que continuarían pidiendo justicia para Khashoggi y castigo para los culpables.
El anuncio de la fiscalía parecía un intento de distanciar del crimen al príncipe heredero Mohammed bin Salman, quien ha sido blanco de una lluvia de críticas a nivel internacional por la muerte.
Entretanto, Estados Unidos procedió la víspera a sancionar a 17 funcionarios saudíes. El Departamento del Tesoro norteamericano anunció sanciones contra funcionarios a los que considera responsables o cómplices del crimen. Entre ellos están: Saud al-Qahtani, uno de los más estrechos asesores del príncipe heredero, y Mohammed al-Otaibi, el diplomático a cargo del consulado saudí en Estambul donde Khashoggi fue asesinado. También fue mencionado Maher Mutreb, miembro del séquito que acompaña al príncipe en sus viajes al extranjero.
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Ante la intensa presión internacional, la fiscalía mencionó también a dos hombres que son parte del entorno íntimo del príncipe heredero, aunque no llegó al punto de acusarlos directamente de haber organizado el crimen. En lugar de ello, se les acusa de haber ordenado el retorno forzado de Khashoggi como parte de un operativo que, según los saudíes, simplemente salió mal.
En una conferencia de prensa poco después el jueves, el jeque Shalan al-Shalan, portavoz de la fiscalía, dijo que el crimen cometido el 2 de octubre fue bajo órdenes de un hombre que era responsable de enviar al escuadrón encargado de traer a Khashoggi de vuelta a Arabia Saudí a la fuerza.
No reveló el nombre de ese individuo, pero dijo que era parte de un escuadrón de 15 personas dividido en tres: unos para negociar, otros para recabar inteligencia y otros encargados de logística.
Al-Shalan dijo que los asesinos de Khashoggi comenzaron a tramar el complot el 29 de septiembre, tres días antes del crimen. Afirmó que los asesinos drogaron y mataron al escritor dentro del consulado, lo desmembraron y entregaron los restos a un cómplice no identificado para que se deshiciera de ellos. Los restos no han sido hallados.
El lúgubre fin de Khashoggi, quien como columnista del Washington Post era un mordaz crítico de la monarquía saudí, causó controversia en todo el mundo y suscitó sospechas de que un operativo de semejante envergadura no pudo haberse realizarse sin por lo menos la anuencia del príncipe heredero.
El gobierno turco exige que los sospechosos sean enjuiciados en Turquía.