Trasladan a Australia a 11 niños inmigrantes de Nauru

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Las autoridades australianas evacuaron para brindar atención médica a 11 niños alojados en el centro de detención para inmigrantes indocumentados que Camberra auspicia en Nauru, una pequeña isla-estado del Pacífico.

Funcionarios de la Fuerza Australiana de Fronteras transmitieron el domingo por la noche el traslado de los 11 niños, mientras precisaron que aún restan otros 52 menores en Nauru, según la emisora ABC.

Este traslado, el más importante desde que se retomó en 2012 la política de tramitación de solicitudes de asilo fuera del territorio australiano, se llevó a cabo tras semanas de peticiones de médicos, organizaciones humanitarias y hasta legisladores gubernamentales preocupados por el deterioro de la salud mental de los menores.

El gobierno australiano hasta ahora se ha mantenido inflexible con respecto al trato a los inmigrantes que envió a Nauru y la isla papuana Manus, donde Australia mantiene otro centro de tramitación para solicitantes de asilo.

Nueva Zelanda se ofreció a acoger a unos 150 refugiados de los centros australianos, pero Australia pone como condición que el Parlamento de Camberra apruebe una ley para prohibir de por vida la entrada a su territorio de los refugiados acogidos por el país vecino.

El Partido Laborista, el principal partido opositor en el país, se ha mostrado en contra de esta propuesta gubernamental, aunque en los últimos meses ha dejado abierta la posibilidad de apoyarla con condiciones.

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"Los laboristas quieren dar prioridad a la salud de los niños vulnerables", dijo hoy el portavoz de la oposición en materia de Inmigración, Shayne Neumann, en declaraciones a la ABC.

A mediados de octubre, Médicos sin Fronteras exigió la "evacuación inmediata" de todos los inmigrantes de Nauru, poco después de la expulsión de la organización de esta nación insular.

Australia retomó en 2012 su política de detención de los "sin papeles" en Nauru y la isla papú Manus, en una situación humanitaria que ha sido denunciada por organismos internacionales, entre ellos la ONU, a la espera de que un tercer país los acoja dado que Camberra les cerró las puertas.