Hallan culpables a granjeros blancos por matar a un menor negro en Sudáfrica

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Johannesburgo, 18 oct (EFE).- Dos granjeros blancos sudafricanos acusados de matar a un adolescente negro, al que encontraron robando en una plantación, han sido declarados culpables y conocerán su sentencia en enero, informaron hoy medios locales.

Pieter Doorewaard y Phillip Schutte comparecieron este jueves ante el Tribunal Superior de la provincia Noroeste para recibir su sentencia, pero tanto la defensa como la acusación pidieron un aplazamiento a fin de preparar argumentos para posibles peticiones de atenuación y agravamiento, respectivamente.

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La corte -que este miércoles había dictaminado ya la culpabilidad de los dos acusados por cargos de homicidio, secuestro e intimidación, entre otros- accedió a la solicitud y citó a las partes para una nueva vista el próximo 28 de enero, informó el canal televisivo Enca.

Los incidentes ocurrieron en la localidad sudafricana de Coligny, en abril de 2017.

Los dos trabajadores debl campo encontraron a la víctima, Matlhomola Moshoeu, y a otro joven robando girasoles en una de sus plantaciones.

Apresaron al fallecido, de 16 años, quien después murió al caer de una camioneta en marcha.

Los acusados, ambos afrikáner, alegaban que el menor había saltado mientras lo llevaban a la comisaría más cercana, pero el juez –Ronald Hendricks– rechazó sus argumentos.

El único testigo del caso relataba que no solo le habían arrojado del vehículo, sino que, además, el adolescente había sido previamente agredido y sangraba en abundancia debido a los golpes recibidos por los granjeros.

El incidente desató fuertes protestas en la zona y elevó las tensiones raciales que prevalecen aún en Sudáfrica, especialmente en las zonas rurales, con raíces en la era del régimen de segregación racial del apartheid (concluido oficialmente en 1994 con las primeras elecciones democráticas).

La mayoría de las granjas y explotaciones agrícolas sudafricanas pertenecen a la minoría blanca y entre la población negra son habituales las denuncias de explotación y racismo.

Los propietarios, a su vez, sufren a menudo robos y ataques violentos, que el año pasado se saldaron con alrededor de medio centenar de muertos, según cifras de la Policía relativas al periodo entre abril de 2017 y el mismo mes de 2018.