Kinshasa, 17 sep (EFE).- El número de muertes probables como consecuencia del último brote de ébola declarado en la República Democrática del Congo (RDC) asciende a 97, de las que 66 se han confirmado como casos positivos, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad de este país africano.
Este último informe, distribuido anoche y actualizado a fecha del pasado sábado, apunta que el total de casos asciende a 142, una cifra que se desglosa en 31 probables y 111 confirmados.
Desde que se declarara el brote el pasado 1 de agosto la situación general ha ido mejorado, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque todavía existen riesgos significativos en torno a la detección de nuevos casos.
#Ébola en República Democrática del Congo: ya hay casi 100 muertos. Estamos en un punto crucial de la epidemia: ahora, actuar rápido es clave para evitar la propagación del virus. En 40 días, hemos tratado a 83 pacientes y 32 se han recuperado. https://t.co/5ooWDVaOlr pic.twitter.com/epM4toJw6k
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El Ministerio indica que los principales focos de transmisión se sitúan en Mabalako, Beni y Butembo en la provincia de Kivu del Norte; área afectada por el conflicto y el estigma social, lo que dificulta las tareas de los servicios sanitarios.
"En general, hay una reducción de casos (de ébola), pero hay que mantenerse alerta", asegura Médicos Sin Fronteras (@MSF) en una entrevista con Efe sobre la situación en República Democrática del Congo (#RDC)
— EFE África (@EFEafrica) September 17, 2018
Mientras que la mayoría de las comunidades han implementado medidas de respuesta, como el rastreo diario de contactos y la vacunación, la reticencia de algunas poblaciones sigue aumentado el riesgo de propagación, según la OMS.
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Es el caso del distrito de Ndindi, en la ciudad de Beni, donde algunos residentes ocultan a los enfermos y se niegan a participar en las campañas de vacunación, por lo que el Gobierno ha decidido apostar por el diálogo con los líderes locales.
Otros factores de riesgo son los numerosos entierros sin medidas apropiadas de seguridad, en los que se contagian nuevas personas; así como la detección de casos en áreas difíciles de alcanzar e inseguras debido a la presencia de grupos armados.
#Ébola en República Democrática del Congo: “Vimos que la gente se estaba muriendo, teníamos que ayudar”. Este es el relato de Patient, uno de nuestros enfermeros experto en el brote. Sus palabras transmiten esfuerzo, dedicación y (mucho) orgullo. https://t.co/danRW0eQi3 pic.twitter.com/u8bS7jxcAC
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En cifras generales, el proceso de inoculación, que se inició el pasado 8 de agosto y que hasta la fecha se compone de 48 cinturones distribuidos en siete zonas afectadas, ha alcanzado ya a unas 9.000 personas, de las cuales más de 2.000 son niños.
Este último brote de la cepa Zaire -la más mortal que existe-, fue declarado el pasado 1 de agosto y ha afectado a las provincias de Kivu Norte e Ituri, dos zonas marcadas por la violencia, lo que dificulta las tareas de los servicios sanitarios.
Se trata del segundo brote declarado este año, tan solo ocho días después de que el ministro de Sanidad, Oly Ilunga, proclamase el fin del anterior en la provincia de Ecuador (noroeste); y el peor de la última década en la República Democrática del Congo.
"Recibí una llamada, me dijeron que el #Ébola había estallado una vez más en República Democrática del Congo. Me preguntaron si estaría dispuesto a venir. 'Claro', respondí. 'Estoy disponible. Vámonos’. En menos de 48 horas después, estaba en un avión". https://t.co/danRW0eQi3 pic.twitter.com/ako9harmFD
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