El Foro de Cooperación África-China (FOCAC, por las siglas en inglés), que empieza mañana en Pekín, permitirá a China afianzar su influencia como potencia en África, donde sigue reforzando su posición estratégica a golpe de multimillonarios préstamos e inversiones, y una mayor cooperación política y militar.
El presidente chino, Xi Jinping, inaugurará el encuentro con un discurso ante numerosos jefes de estado africanos y el secretario general de la ONU, António Guterres, en el que se espera que anuncie un nuevo paquete de miles de millones en préstamos, donaciones y fondos de capital en diferentes áreas de cooperación.
El FOCAC, desde su creación hace 18 años, ha ido ganando importancia hasta convertirse en una cumbre prioritaria para el régimen comunista, ya que China se ha convertido en el principal socio comercial del continente, pero también en un importante acreedor, algo que despierta dudas sobre la sostenibilidad a largo plazo y el "beneficio mutuo" en el que se basan sus relaciones.
En el último encuentro celebrado en Johanesburgo en 2015, Xi prometió ayuda financiera de 60.000 millones de dólares, que han ido destinados, por ejemplo, a proyectos en los aeropuertos de Ndola (Zambia) y Harare (Zimbabue) o una planta de energía solar en Garissa (Kenia).
Los expertos, sin embargo, han expresado su preocupación a que los países africanos no puedan devolver los préstamos chinos, algo que de momento no preocupa dentro de las fronteras chinas.
"Cualquier país, incluido China, EEUU o los europeos en su primera etapa de desarrollo tienen que afrontar problemas de deuda", explica a Efe el investigador de Estudios Africanos de la Academia de Ciencias Sociales de China, Deng Yanting.
Por eso, asegura, China "ofrece dinero para solucionar efectivamente la falta de fondos que afronta África con el fin de garantizar que sus países puedan desarrollar su independencia lo antes posible, en vez de hacerlos dependientes de China".
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Al pisar cualquier país africano, queda patente la implicación china en el continente, donde ha impulsado su desarrollo de forma acelerada con grandes infraestructuras de bajo coste a cambio, por ejemplo, de convertir África en su principal suministro de crudo.
"Los países africanos son los aliados de más confianza de China a nivel político. Además, África cuenta con una extensa tierra, diversos recursos naturales y gran cantidad de población", reconoce Deng.
Esta edición del FOCAC buscará fortalecer los compromisos en áreas de manufactura, agricultura, paz y seguridad, pero también se espera que incluya nuevas como la energía renovable.
También tendrá un papel protagonista el proyecto de las Nuevas Rutas de la Seda, que muchos comparan con el Plan Marshall estadounidense de posguerra y con el que Pekín está mejorando su posición en el tablero geopolítico al aumentar la presencia de grandes firmas chinas de construcción e ingeniería en proyectos importantes para el desarrollo.
Las actuales tensiones comerciales entre EEUU y China tampoco pasarán desapercibidas durante el encuentro, ya que Pekín podría buscar "de forma más agresiva" mercados de exportación en África para sus productos, según un reciente informe de la Iniciativa de Investigación China-África (CARI).
Incluso, añade, podría aumentar su inversión manufacturera en el continente con el fin de exportar a EEUU a través del acceso libre de impuestos en el marco de la Ley de Crecimiento y Oportunidad para África (AGOA).
El desequilibrio comercial, con China exportando más a África que al revés, era un preocupación antes de 2015, pero posteriormente la balanza se estabilizó.
Entre 2014 y 2015, las importaciones chinas desde África bajaron de los 114.000 millones de dólares a los 39.000 millones -por la caída del precio del petróleo-; y las exportaciones al continente cayeron significativamente de los 150.000 millones de 2015 a los 88.000 millones en 2016, según datos de CARI.
Xi, que entiende su influencia global en bloques estratégicos como África, Latinoamérica y Oriente Medio, no solo busca alianzas económicas, sino también políticas y militares -la primera base militar china en el extranjero está en Yibuti-, especialmente en un momento de abandono de EEUU.
Mientras el presidente estadounidense, Donald Trump, llamó "agujeros de mierda" a varios países africanos y su equipo acusó a China de actitud colonialista, Xi realizó en julio su cuarta gira africana como presidente.
Pero la cooperación de beneficio mutuo sigue generando dudas, tanto por la parte china como por la africana, especialmente en países liderados por Gobiernos autoritarios y corruptos.
"Si las élites en países que tienen a China como el mayor socio económico no logran compartir estos beneficios y desarrollar el país proporcionalmente, China también podría perder en última instancia", advierte a Efe la investigadora en relaciones económicas China-África de la Universidad de Melbourne, Lauren Johnston.