Accidente de barco deja 21 muertos en Nigeria

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Abuya, 3 ago (EFE).- Al menos 21 desplazados internos -17 mujeres y 4 niños- han muerto al volcar la barcaza en la que viajaban en un río a la altura de la localidad de Ganji, en el noroeste de Nigeria, informaron este viernes a Efe los servicios de emergencia.

Las víctimas eran en su mayoría desplazados internos que volvían ayer a sus casas en la comunidad de Raba.

Navegaban en una embarcación con más personas a bordo de las permitidas por su capacidad, según explicó el jefe de operaciones del estado de Sokoto, donde se encuentra Ganji, de la Agencia Nacional de Gestión de Emergencias, Suleiman Mohammed.

Otros 29 pasajeros han sido rescatados, algunos de ellos cuando trataban de llegar a la orilla, dijo a Efe el funcionario en una conversación telefónica.

Muchas de las víctimas habían huido de la violencia de grupos de bandidos armados y pastores de la etnia Fulani en el noroeste del país y se refugiaban en un campo establecido por el Gobierno nacional al otro lado del río, según el jefe de operaciones.

Sólo vuelven a casa una vez al día para verificar que todo va bien y atender los cultivos, pero buscan refugio en el campo de gestión gubernamental cuando se pone el sol.

Los accidentes náuticos suelen ocurrir en los ríos de Nigeria por el carácter obsoleto de las embarcaciones, la sobrecarga e imprudencias.

Con el comienzo de la temporada de lluvias en el norte de Nigeria, áreas remotas como las de Sokoto son más propicias a ser escenario de accidentes de este tipo.

Desde septiembre de 2017, al menos 1.500 personas han sido asesinadas por la violencia entre pastores de la etnia Fulani y granjeros en el centro de Nigeria, de las cuales más de 1.300 lo fueron desde enero hasta junio de este año, según los datos del International Crisis Group.

Además, desde el pasado enero unas 300.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares para huir de la violencia.

Los estados centrales de Benue, Plateau, Nasarawa, Taraba y Adamawa son los más afectados por la violencia, que enfrenta a los Fulani, de mayoría musulmana, y granjeros cristianos locales, cuyos campos de cultivo usan pastores armados como pasto para su ganado.

El repunte en la violencia de estos últimos meses tiene una causa política concreta: la prohibición de pastar a campo abierto, una iniciativa tomada en primer lugar por el gobierno de Benue en noviembre de 2017.

Esa medida irritó a unos Fulani que se niegan a ser recluidos en ranchos, ya que consideran que es contrario a su tradicional estilo de vida nómada y a sus negocios.