Tokio, 25 junio (EFE).- El transporte y suministro energético en la prefectura japonesa de Osaka (oeste) han vuelto a la normalidad una semana después del fuerte seísmo de 6,1 grados de magnitud que dejó cinco fallecidos y mantiene todavía hoy unos 500 desplazados.
La situación "está casi recuperada, salvo las 500 personas que continúan refugiadas y por las que el Gobierno seguirá trabajando para que vuelvan a sus hogares lo antes posible", dijo hoy en rueda de prensa el ministro portavoz del Gobierno japonés, Yoshihide Suga.
Pese a que el número de desplazados se ha reducido desde los más de 2.000 afectados en un primer momento, las labores de reparación no han progresado lo suficiente como para permitir a estas personas regresar a sus viviendas, que resultaron gravemente dañadas.
Suga también indicó que el Gobierno central "tomará las medidas económicas necesarias" para apoyar a los gobiernos locales de las áreas afectadas, donde unas 6.800 viviendas resultaron dañadas, según las últimas cifras recogidas por la cadena pública NHK.
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El transporte de la región volvió a la normalidad definitivamente el sábado con la reanudación del servicio del Monoraíl de Osaka, mientras que el domingo el gas fue restablecido en los 110.000 hogares que sufrieron cortes a raíz del temblor.
El del pasado lunes fue el seísmo de mayor intensidad registrado en la prefectura de Osaka por la Agencia Meteorológica de Japón (JMA) desde que estos datos empezaran a ser registrados en 1923, y además de cinco fallecidos dejó cerca de 400 heridos.
El terremoto alcanzó nivel 6 bajo en la escala nipona cerrada de 7 grados (que mide el grado de agitación en la superficie) y desde entonces y hasta hoy a las 7.00 hora local (22.00 GMT del domingo) se han registrado 41 temblores en la región, según la JMA.