En la región autónoma sur-occidental de Guangxi, la ciudad china de Yulin, se celebra este jueves su polémico festival anual de la carne de perro, a pesar de las advertencias sobre los riesgos para la salud que conlleva el consumo de esta carne, que en muchas ocasiones se obtiene de manera ilegal.
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Pese a que el año pasado entró en vigor una ley que prohibía la venta de carne de perro en restaurantes, mercados y otros comercios del país, la cita sigue celebrándose en el mercado Dashichang de Yulin donde se amontonan las jaulas con perros y gatos para ser sacrificados.
Lo que muchos desconocen, es que gran parte de los perros que acaban servidos en el plato de este festival son obtenidos de manera ilegal, ya que suelen ser animales de compañía robados o callejeros. "Existen graves riesgos para la salud pública asociados con los perros robados que son abandonados y no vacunados y que pueden albergar enfermedades, incluida la rabia.
En China no existe una legislación que proteja a estos animales, cada vez más populares como mascotas entre la creciente clase media local, y ni siquiera la circunstancia de que 2018 sea el Año del Perro, según el calendario oriental, ayuda a promover esta protección.
Pese a la creencia popular de que en China se come carne de perro de manera generalizada, solo se consume en zonas del sur del país como Guangxi, Guizhou y Cantón y áreas del noreste habitadas por la etnia coreana. Según una encuesta realizada por Animals Asia, el 20% de los encuestados chinos reconocieron haber comido carne de perro en los últimos dos años, mientras que solo un 1,7% consumió carne de gato en el mismo periodo.