TEHERÁN, Irán (AP) — Un sismo con una magnitud de al menos 5,5 remeció el jueves el sur de Irán, donde está la única planta nuclear del país, y se dejó sentir a lo largo del Golfo Pérsico. No hubo reportes sobre daños o víctimas de inmediato.
Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS por sus siglas en inglés), el terremoto se registró a las 0634 GMT a unos 100 kilómetros (alrededor de 60 millas) al este de Bushehr, la región donde se encuentra la planta nuclear, la única que opera en la República Islámica.
El USGS dijo que el movimiento telúrico tuvo una magnitud de 5,5, mientras que televisora estatal citó a funcionarios que la elevaron a 5,9. Las disparidades en esta medición son habituales en los primeros momentos tras un temblor.
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De acuerdo con los reportes de la televisora estatal iraní, que localizó el epicentro del terremoto cerca de la localidad de Kaki, la planta de Bushehr no registró daños. La instalación nuclear ya sufrió otros terremotos en el pasado y está construida para resistir a este tipo de fenómenos. Las autoridades dijeron más tarde que el sismo no afectó a las operaciones rutinarias de la planta, según la agencia semioficial de noticias Fars.
El epicentro estuvo en una zona escasamente poblada, señaló la Media Luna Roja iraní.
En Bahrein, un reino insular ubicado frente a Arabia Saudí, la gente dijo que notó el temblor y se desalojaron los edificios más altos. Algunos en Catar y Kuwait dijeron que sintieron el sismo, mientras que en la zona de West Bay, Doha, se evacuaron edificios altos.
Según los datos del USGS, el epicentro estuvo a 10 kilómetros (6,2 millas) de profundidad. Los terremotos poco profundos son los que suelen causar más daños, y uno de magnitud 5 puede ocasionar daños considerables.
Irán es una zona vulnerable a los sismos debido a su ubicación sobre varias fallas sísmicas importantes. En 2003, un terremoto de magnitud 6,6 destruyó la histórica ciudad de Bam y provocó la muerte de 26.000 personas.
El noviembre, un potente temblor de magnitud 7,3 sacudió una región montañosa en la frontera entre Irán e Irak matando a más de 530 personas e hiriendo a miles más solo en suelo iraní. Otras nueve personas perdieron la vida en Irak y 550 sufrieron lesiones, todas en la región kurda del norte del país.