Rabat, 27 feb (EFE).- Un estudio realizado en Marruecos por ONU Mujeres reveló que el 69 % de los hombres encuestados afirman que son ellos los que deciden cuándo su esposa puede salir de casa y que el 91 % desea saber en todo momento dónde se encuentra su cónyuge.
Además, el 38 % de los varones (y el 20 % de las mujeres) opina que la esposa "a veces merece ser golpeada", y el 62 % (junto al 46 % de las féminas) comparte la idea de que "una mujer debería tolerar la violencia en aras de mantener unida a su familia".
ONU Mujeres presentó este martes en Rabat este informe, para cuya elaboración se realizaron cerca de 2.500 encuestas a hombres y mujeres de entre 18 y 59 años de edad, asentados en la región de Rabat-Salé-Kenitra, en la costa noroeste de Marruecos.
Otra cuestión relacionada con la vida conyugal recogida por el estudio consiste en la noción, manifestada por el 40 % de los varones y el 38 % de las féminas, de que, si el marido sostiene financieramente a la familia, su mujer está obligada a mantener relaciones sexuales con él siempre que él lo desee.
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Apenas un 16 % de las mujeres afirmó haber tenido libertad al decidir con quién, cuando y cómo casarse, mientras que el 51 % de los hombres tuvo la potestad de tomar esa decisión.
En cuanto al divorcio, si bien la mayoría de los interrogados coincide en que es una amenaza para la sociedad (95 % de hombres y 87 % de mujeres), el 90 % de las féminas cree que deberían tener derecho a separarse de sus maridos por su propia voluntad, lo cual apoya el 52 % de los varones.
Por otro lado, la mitad de los encuestados (50 % de hombres y 48 % de mujeres) dijeron que la idea de la igualdad de género no forma parte de "las tradiciones y la cultura marroquíes".
A su vez, tres de cada cinco hombres y la mitad de las mujeres piensan que la paridad entre sexos ya es un hecho en la sociedad marroquí.
En las conclusiones del estudio, ONU Mujeres subraya la existencia de "dinámicas contradictorias" en la sociedad marroquí, en la que se entrelazan una "crisis de la masculinidad" y la creciente "autonomía de las mujeres" con un orden social "que estructura las desigualdades entre sexos en todos los espacios sociales".