Existe 117 millones de personas en el mundo que viven en situaciones de emergencia y que carecen de acceso a agua potable.
El Fondo de las Naciones Unidas para la infancia (Unicef) solicitó este martes 3.600 millones de dólares para poder ayudar en 2018 a 48 millones de niños que están atrapados en crisis humanitarias creadas por conflictos y violencia, o por catástrofes naturales.
"Los niños son los más vulnerables cuando el conflicto o el desastre causan el colapso de servicios esenciales como la salud, el agua y el saneamiento”, expresó este martes Manuel Fontaine, director de Programas de Emergencia de la Unicef.
Actualmente, casi uno de cada cuatro niños vive en un país afectado por un conflicto o un desastre. La propagación de enfermedades transmitidas por el agua es una de las mayores amenazas para la vida de los niños en las situaciones de crisis.
"No solamente les atacan directamente, sino que también les niegan el acceso a los servicios básicos debido a los daños y a la destrucción que sufren las escuelas, los hospitales y la infraestructura civil", agrega el informe de 2018 sobre la Acción Humanitaria para la Infancia.
Las niñas y las mujeres confrontan amenazas aún mayores, ya que a menudo cumplen la función de recolectar agua para sus familias en situaciones peligrosas.
¿Cuáles son los objetivos de la Unicef para 2018?
– Proporcionar acceso a agua potable a 35,7 millones de personas.
– Llegar a 8,9 millones de niños con educación básica formal o no formal.
– Inmunizar a 10 millones de niños contra el sarampión.
– Dar apoyo psicosocial a más de 3,9 millones de niños.
– Tratar a 4,2 millones de niños que padecen desnutrición aguda grave.