Un muro de hielo más propio de la popular serie de televisión 'Game of Thrones' ha aparecido de repente en la frontera entre Rusia y China.
Su origen es natural y nada tiene que ver con el hombre. Aquí el responsable es la fuerza del viento, habitual en esta estación del año, y que ha conseguido amontonar grandes trozos de hielo hasta formar una estructura que alcanza los 20 metros de altura.
Se extiende docenas de kilómetros a lo largo del lago Xingkai al noroeste de la frontera, en la provincia de Heilongjiang.
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El fenómeno es poco común y ha llamado la atención de curiosos y de varios medios de comunicación y ya cuenta con vídeos grabados con drones y miles de reproducciones. El medio CCTV señala que, al principio, la estructura no alcanzaba los tres o cuatro metros de altura.
"Se parece a una Gran Muralla de hielo", señala a CCTV Li Lei, uno de los fotógrafos que se han desplazado hasta el lago Xingkai para inmortalizar este fenómeno.
Xu Zhong, jefe de la estación meteorológica del lago Xingkai, explica que para que se forme una estructura de estas dimensiones es necesario que las temperaturas sean bajas y constantes y que a la vez las corrientes de viento sean fuertes y que el agua fluya bajo la superficie del lago.
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La fina lluvia que se desprende de las caídas de agua se congeló de inmediato sobre todo lo que toca, tiñendo árboles, sendas peatonales, acantilados y miradores de un blanco radiante. La recompensa para los visitantes que consiguen hacer frente a las gélidas temperaturasson las fotografías y selfies en un paraíso invernal.
"Es espectacular. Aunque haga frío, es una atracción durante todo el año”, dijo Paul Tabaczynski, natural de Buffalo y residente en Texas, durante una visita el martes.
Aunque todo alrededor a su alrededor está helado, el agua sigue fluyendo y creando una fina llovizna en las tres cascadas que conforman la turística frontera natural entre Estados Unidosy Canadá. El viento del oeste suele soplar hacia el lado estadounidense, explicó el meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional Steven Welch, donde la humedad viste cada centímetro del paisaje de blanco.