Tras 73 años juntos como pareja y 69 de casados, Herbert y Audrey Goodline tendrán que pasar separados esta Nochebuena.
Este matrimonio canadiense vivía desde hace tres años en un centro de mayores de la localidad de Perth-Andover (Nuevo Brunswick). Pero el pasado viernes, desde la residencia notificaron a su hija Dianne Phillips que, por el avanzado estado de demencia de Herbert, ya no están capacitados para ocuparse de él, según publica CTV News Atlantic.
Las instituciones públicas dieron a Dianne un plazo de seis horas para tomar una decisión y dos opciones: llevar a sus padres a un centro a tres horas del anterior, lejos de su familia, o llevar solo a Herbert, de 91 años, a uno más próximo. Así, desde el pasado lunes y contra la voluntad de su hija, que solicitó que el traslado se retrasara, el hombre permanece en otra residencia, ubicada a 37 km de distancia de la que acoge a su esposa, de 89 años.
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Dianne defiende que la enfermedad de su padre se encuentra en fase inicial y que el traslado se pudo llevar a cabo de otra forma. "Leí la notificación una y otra vez, incrédula al comprobar que alguien puede ser tan frío y cruel como para hacer esto una semana antes de Navidad", escribió Phillips en Facebook.
Además, asegura que sus progenitores se despidieron entre lágrimas y que su madre le dijo: "Para nosotros las Navidades ya han acabado y esta será la peor Nochebuena que pasaremos jamás". Por su parte, de acuerdo con el relato de Dianne, su padre lamentó: "Mira dónde me han puesto… Echaré de menos coger la mano de tu madre antes de dormir".
En declaraciones a CTV News, Jan Seely, presidente de la Asociación de Centros de Cuidados Especiales, defendió que estos no están equipados con las cerraduras necesarias. "Si alguien con demencia deambula frente a la puerta principal y esta no cuenta con un sistema cifrado, su seguridad estará en riesgo. Y nadie quiere leer en el periódico que ha desaparecido una persona mayor", explicó.