Irán se ha visto sacudido este viernes por dos terremotos de magnitud 6,0 y 5,0, informa el Servicio Geológico estadounidense (USGS).
Ambos sismos se han producido casi simultáneamente y en la misma zona. El epicentro del más fuerte sismo se ha localizado a una profundidad de 10 kilómetros, a unos 58 kilómetros de la ciudad de Kermán, en la parte este del país árabe, mientras que el segundo se ha producido a la misma profundidad y a 54 kilómetros de esa ciudad.
De momento, no se informa de posibles víctimas ni de daños materiales.
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El movimiento telúrico se ha producido pocas horas después de que otro sismo de magnitud 4,4 se registrara en Estados Unidos. Aunque su epicentro se localizó en las cercanías de la ciudad de Dover, en el estado de Delaware, se sintió desde Nueva York hasta Baltimore.
El pasado 12 de noviembre se produjo un fortísimo sismo de magnitud 7,2 en la frontera entre Irán e Irak que dejó más de 500 muertos y unos 7.000 heridos. El terremoto, que vino seguido por cerca de 14 réplicas en Irán, dejó sin hogar a unos 70.000 iraníes.
En contexto
Geólogos advierten de la amenaza de un sismo de 9,0 en Nueva Zelanda
Un año después de que un fuerte terremoto de 7,8 en la escala de Richter azotara a Nueva Zelanda, los geólogos hacen predicciones alarmantes. Suponen que aquel hecho reactivó una falla geológica relacionada con la generación de sismos, que era considerada como 'dormida'.
Según las peores prognosis de estos especialistas, se puede esperar un nuevo gran terremoto de magnitud récord de 9,0 en Nueva Zelanda, lo que provocaría también un inmenso tsunami que afectaría a las islas de la zona, indica The Marlborough Express.
Los preocupantes movimientos tectónicos se centran en la zona de la fosa de Hikurangi, cerca de la costa este de la isla Norte de Nueva Zelanda, donde la gruesa meseta de Hikurangi se subduce bajo la corteza continental de la placa Indoaustraliana. Se consideraba que esa meseta estaba aprisionada bajo la plataforma continental, pero los científicos del centro de estudios geológicos de Nueva Zelanda (GNS) suponen ahora que ya no es estable.
La fricción entre esas dos gigantescas partes de la corteza terrestre acumula una tensiónque se libera durante terremotos de intensidad variable. En el caso de Nueva Zelanda, se estima que eso podría traducirse en un posible terremoto de 9,0, según indica la geóloga Ursula Cochran, citada por The Marlborough Express.
"Básicamente tenemos que pensar en términos de Japón 2011, porque si la barrera de toda la placa se rota, sería un terremoto de magnitud 9", explicó Cochran.