Nueva Delhi, 30 nov (EFE).- El número de violaciones denunciadas en la India se elevó un 12 % en 2016 con respecto al año previo, al pasar de 34.651 casos a 38.947, mientras que los ataques contra menores también aumentaron un 14 % en ese periodo, informó hoy el Buró Nacional de Registro de Crímenes.
El Buró hizo público hoy el informe "Crimen en la India 2016", en el que se señala que las violaciones supusieron el 11 % de los crímenes registrados contra la mujer en el país, 338.954 en total, casi un 3 % más que el año previo.
La mayoría de los delitos contra féminas, un 37 %, se produjeron en el ámbito familiar, bajo la categoría de "crueldad a manos del marido y sus parientes", seguido de los asaltos con intención de atentar contra la "modestia", que supusieron un 25 % de estos crímenes.
Con 64.519 casos, los secuestros y raptos representaron un 25 % de los delitos contra la mujer, según el estudio de esta oficina del Ministerio de Interior indio.
También aumentaron un 14 % los crímenes contra los menores, un apartado que incluye delitos como secuestros y ofensas sexuales, al pasar de 94.172 en 2015 a 106.958 el pasado año.
De todos ellos, los raptos supusieron más de la mitad de los ataques contra menores, un 52 %.
El informe incluye por primera vez datos de personas desaparecidas y las sitúa en 549.008, en su mayoría mujeres, de las que 229.381 fueron encontradas para finales de año.
Al menos 111.569 de los desaparecidos eran menores de edad, en su mayoría niñas, y solo el paradero de cerca de la mitad de ellos, unos 55.944, fue ubicado por las autoridades al término de 2016.
En cuanto al tráfico de personas, el estudio estima que 15.379 personas fueron víctimas de este delito en la India en 2016, cerca del 59 % de ellos menores.
El Ejecutivo del primer ministro indio, Narendra Modi, ha puesto en marcha medidas para combatir la violencia contra la mujer como la anunciada ayer de que los teléfonos móviles en la India deberán tener en 2017 un "botón de pánico" para avisar de una situación de peligro.
El caso ocurrido en diciembre de 2012, cuando una joven fue violada en grupo en un autobús en marcha en la capital india y murió días después por las heridas, desencadenó una ola de indignación en todo el país que llevó a endurecer las penas contra los agresores y a mejorar las medidas de protección de la mujer.
Organizaciones no gubernamentales como la estadounidense Human Rights Watch (HRW) han advertido de que, sin embargo, muchas agresiones sexuales siguen sin denunciarse por razones culturales o de estigma social en la India.