Un soldado norcoreano que protagonizó una dramática fuga en la zona fronteriza está lleno de parásitos y los médicos le extranjeron una lombriz intestinal de más de 10 pulgadas.
"En mis más de 20 años de carrera como cirujano, solo he visto algo como esto en un libro de texto", dijo el cirujano principal, Lee Cook-jong, en conferencia de prensa esta semana en el hospital de la ciudad de Suwon.
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El soldado no ha sido identificado y se encuentra en estado crítico tras ser trasladado a un hospital de Corea del Sur el lunes tras ser tiroteado al escapar, a plena luz del día, en la zona fronteriza ubicada en la aldea Panmunjom. Corea del Norte no ha comentado sobre su fuga.
El médico explicó que el soldado -quien al parecer ostentaba el cargo de sargento- sobrevivió a una lluvia de más de 40 disparos, pero fue impactado en los glúteos, axila, parte posterior del hombro y rodilla. Sus órganos vitales sufrieron daños.
Además de los parásitos, granos de maíz en su estómago revelan la magra dieta con la que subsistía el joven, de unos 20 años, que parecer ser la de cualquier ciudadano promedio.
"La condición del hombre no es sorprendente teniendo en cuenta los problemas de higiene y parásitos del Norte", comentó el profesor Choi Min-ho, de la Universidad de Medicina de la Universidad Nacional de Seúl, al diario The Guardian.
En 2014, el dictador Kim Jong Un ordenó a los agricultores a esparcir excrementos humanos en sus campos para fertilizar los cultivos, ante la falta de otros fertilizantes, asegurando que estos eran más eficaces.
Actualmente los norcoreanos consideran las heces fecales como el "mejor fertilizante en Corea del Norte", a pesar del riesgo de gusanos y parásitos, asegura Lee Min-bok, un experto en agricultura norcoreano que desertó a Corea del Sur en 1995. "Los vegetales cultivados en él se consideran más deliciosos que otros", dijo a Reuters.