Nairobi, 17 nov (EFE).- Al menos 174 personas han muerto debido a la epidemia de peste bubónica y neumónica que asuela Madagascar desde finales de agosto, de la que hasta ahora se han identificado 2.158 casos, según el último balance publicado hoy por la ONU.
De estos casos, el 61 por ciento se corresponden a la variante pulmonar de la enfermedad, más peligrosa y difícil de tratar que la linfática, que puede causar la muerte en 24 horas si no es tratada a tiempo con antibióticos.
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Los datos facilitados por la Oficina de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios (OCHA) muestran que un descenso en el número de casos registrados entre la primera semana de octubre y la de noviembre, e indican que 1.180 pacientes se han recuperado ya de la enfermedad desde que comenzó la epidemia y otros 28 están en tratamiento.
Según la OCHA, casi la totalidad de las 7.270 personas que han tenido contacto confirmado con pacientes de peste han completado ya su tratamiento preventivo.
En su variante pulmonar, la enfermedad se puede contagiar de humano a humano a través de excreciones bucales como tos o saliva, algo que no ocurre con la bubónica.
Aunque el país afirma que no hay motivos para dejar de visitar la región por la epidemia, se han establecido controles sanitarios en ocho aeropuertos internacionales y un puerto.
Madagascar sufre epidemias regulares de peste cada año, pero al contrario que en otras ocasiones, este brote no se ciñe a la peste bubónica, una modalidad de la enfermedad en la que el bacilo afecta al sistema linfático, sino a la neumónica, provocada por la bacteria Yersinia pestis.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la cuarentena para aislar el contagio, que también puede producirse por contacto entre humanos y animales, ya que la bacteria está presente en roedores salvajes y en sus pulgas.
Esta institución ha puesto en marcha un sistema con unos 4.400 trabajadores para identificar "todos los contactos" de personas posiblemente infectadas para ponerlos bajo prevención antibiótica.
La OMS envió 1,2 millones de dosis de antibióticos a este país del suroeste de África, que pueden ser suficientes para tratar a unas 5.000 personas e inmunizar a otras 100.000.
A diferencia de pasados brotes de peste en Madagascar, esta vez se ha propagado en algunas de las principales áreas urbanas del país, incluida la capital, Antananarivo, e importantes ciudades portuarias, lo que hace temer consecuencias graves.
Antananarivo cuenta con una población de dos millones de personas, mientras que las áreas portuarias donde se han detectado casos corresponden a Toamasina y Mahajanga.
A la OMS le inquieta el alto número de afectados ya que la temporada de brotes, que se extiende hasta abril, acaba de comenzar.