Tokio, 27 oct (EFE).- Una estudiante nipona ha presentado una denuncia contra su escuela de Osaka (este de Japón) por haberla obligado a teñirse el pelo de negro para ir a clase debido a que la alumna era castaña natural, algo inusual en el país asiático.
La estudiante, de 18 años, reclama una indemnización de 2,2 millones de yenes (unos 16.500 euros) al centro educativo y a las autoridades regionales que lo gestionan por los daños físicos que sufrió al verse forzada a teñirse el pelo repetidamente, informa la agencia nipona Kyodo.
Los profesores pidieron reiteradamente a la alumna que se tiñera el cabello de negro bajo la amenaza de impedirle asistir a clase si no lo hacía, a pesar de que su madre había notificado al centro que el castaño era el color natural de su pelo.
En Japón, un país donde impera la homogeneidad racial y cuya población tiene mayoritariamente el pelo negro, numerosos centros de educación secundaria prohíben a los alumnos teñirse el cabello, dentro de estrictos códigos de conducta que tampoco permiten el maquillaje o exigen un uniforme idéntico para todos los alumnos.
Algunos centros incluso solicitan documentación a los estudiantes que tengan el cabello de un color distinto al negro para probar que se trata de su tonalidad natural.
La alumna afectada, cuyo nombre no ha trascendido, desarrolló una irritación en el cuero cabelludo a raíz de teñirse en múltiples ocasiones después de que los profesores continuaran diciéndole que su tonalidad no era lo suficientemente oscura, dijo a Kyodo su abogado, Yoshiyuki Hayashi.
El consejo de Educación de la prefectura de Osaka, por su parte, evitó pronunciarse directamente sobre el litigio, aunque señaló que cada colegio tiene potestad para establecer sus reglas de conducta, en declaraciones de uno de sus responsables al citado medio.
En contexto
Honolulu se convirtió esta semana en la primera gran ciudad estadounidense en aprobar una ley que castigue a las personas que tienen la mirada puesta en sus celulares, tabletas o videojuegos al cruzar calles o carreteras.
Pero todavía está por verse cómo las autoridades van a aplicar esta ley, en una ciudad que atrae a turistas extranjeros. La industria del turismo está tratando de educar a los visitantes, pero unos cuantos turistas dijeron que no tenían idea de la regulación.